Rocío San Miguel es activista, abogada y presidenta de la organización no gubernamental Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional. Para entender el funcionamiento de las Fuerzas Armadas y la represión en Venezuela es imprescindible acudir a ella.
PanAm Post la entrevistó para tratar de comprender de qué se trata la segunda fase del Plan Zamora activada este miércoles 17 de mayo. Además, se habló sobre el comportamiento reciente de las Fuerzas Armadas y la posibilidad de un desenlace o una escalada en la violencia.
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Este miércoles el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, activó una segunda fase del Plan Zamora, ¿de qué se podría tratar? ¿En qué podría derivar?
El Plan Zamora es completamente desconocido para el país en los términos de control democrático. Es decir, el país desconoce su alcance y su contenido.
No obstante, hasta ahora hay resultados dramáticos en los términos en los que primero se activó. Se conocen sus efectos sobre la sociedad. Tenemos el uso indiscriminado de la fuerza, la aplicación de la pena de muerte contra manifestantes.
Además, métodos de guerra contra civiles y la criminalización contra derechos políticos de civiles.
Ahora, esta activación de la segunda fase parece una codificación que se establece para aumentar la severidad en el control del orden público. Además de amedrentar.
El gobernador Henrique Capriles denunció este miércoles la presunta compra de minas antipersona para aumentar la represión en el país. Además, denunció que se utilizarán a grupos paramilitares para reprimir, ¿es esto factible?
Venezuela es parte de la convención de Ottawa que prohíbe la utilización de minas antipersona, proceder a esa ruta equivale a violar los derechos humanos y es un tema de alta sensibilidad mundial. Es un tema delicado pero que tendría muchas implicaciones.
Por otra parte, la utilización de paramilitares no tenía que necesitar una segunda fase. Ya lo hemos visto. Incluso, la utilización de grupos armados lamentablemente ha sido una práctica que ha estado acompañada por las fuerzas del Estado.
¿Cree que todos los componente estén encuadrados bajo la misma idea? Es decir, la Guardia Nacional Bolivarian ha reprimido brutalmente y se ha expuesto como un componente criminal, ¿son los otros iguales?
El componente involucrado en la represión, hasta ahora, es la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Hasta ahora lo que se ha podido observar es el pie de fuerza de la GNB y la actuación de la Policía Nacional Bolivariana en el control del orden interno, dado que operativamente esto no corresponde a los otros componentes (Ejército, Marina, Aviación).
Hemos visto un comportamiento criminal en algunos estados del país por parte de la GNB. En Táchira, Carabobo, Barinas, Miranda, en total sería entre 5 y 7 estados del país y el ensañamiento ha sido criminal.
Pero, esto no quiere decir que la totalidad de la GNB acompañe esta posición y estos actos. Ha quedado claro que los mandos militares de estos estados están siendo probados constantemente. Su lealtad está a prueba, y ya ha habido destituciones importantes por no ajustarse a la severidad que ordenan.
¿Cuál es la cuota de responsabilidad entre los componentes por la represión desmedida?
El concepto de responsabilidad de mando, o responsabilidad del superior, crea responsabilidad de dos formas: por la falta de control o supervisión de los subalternos o por la incapacidad de intervenir para impedir la conducta criminal. Es decir: por acción y por omisión.
Obviamente hay una responsabilidad de mando y que se ve implicada directamente. La más importante es la cúspide de la Guardia Nacional Bolivariana. Aquí entra el comandante general de la GNB, el Estado mayor ampliado de la GNB, y sus comandantes de zonas.
La responsabilidad de omisión, por su parte, no afecta a los otros componentes, pero sí implica al Comando Estratégico Operacional de la FANB. Es decir, la GNB no se mueve sin la autorización del ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López.
Algunos esgrimen la presunta reserva moral dentro de las Fuerzas Armadas como una esperanza, ¿hay esa esperanza?
Bueno, la reserva moral está ahí de alguna manera siempre, pero habría que entender qué se entiende por esperanza. ¿Que haya un golpe militar o que simplemente desobedezcan las órdenes?
¿Qué es más factible?
Actualmente no veo posibilidades de un golpe militar en Venezuela en el sentido clásico.
Pero ya los funcionarios han empezado a desobedecer órdenes. Inclusive, hay conductas que no se pliegan exactamente a la severidad exigida por los más radicales del chavismo. Eso ya lo estamos viendo.
¿Qué posibilidad hay de que eso se acentúe o se amplíe?
Depende de muchas variables que esto se acentúe y de muchos factores. Del grado de legitimación que vaya ocurriendo en términos reales del poder de Maduro frente a la violación de DDHH. Cuando hay violaciones de DDHH tienen que documentarse, tienen que señalarse y tienen que informarse sobre ellas de manera masiva para que la información permee en las Fuerzas Armadas.
Por ejemplo, es frecuente que dentro de la Institución militar no se maneje todo el alcance dela información de lo que realmente ocurre. Existe la contrainteligencia para relativizar lo que está ocurriendo realmente en las calles. La sociedad debe ser eficaz para sensibiizar de qué se trata este tema de violación de Derechos Humanos, que lo estamos viendo por parte de la Guardia Nacional Bolivariana.
Claro, se debe ser absolutamente responsable en esto para no incurrir en excesos y medias verdades o medias mentiras. Porque la contrainteligencia funciona muy bien. Siempre se debe estar lo más apegado a la realidad.
El diario estadounidense, The Wall Street Journal, publicó un artículo en el que expone que algunos funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana se están cansando de reprimir, ¿qué tan verídico podría ser esto?
Todo efectivo militar o policial se cansa de reprimir. Ellos tienen familia, tienen miedo y tienen desasosiego para el futuro. Esa es una conducta natural. Especialmente en las condiciones en las que están ellos.
Pero, especialmente en Táchira y en Caracas hacen una revisión periódica del estado del cumplimiento de las órdenes por parte del personal de tropa. El personal de tropa es permanentemente aceitado y vigilado.
Y, además, es cierto que no todo el personal de tropa que está empeñado en la ejecución de una maniobra tiene acceso a redes sociales o acceso a la amplia información. No tienen necesariamente un teléfono inteligente. También hay mucho miedo. Puede haber una revisión constante de los teléfonos de los funcionarios y hay temor.
La protesta se ha mantenido por varias semanas. No ha habido una reducción importante de la cantidad de gente que sale a las calles a manifestarse. Pero también la represión se ha acentuado, ¿qué cree que es más sostenible en el tiempo? ¿La represión o las protestas?
La represión puede ser muy prolongada y esto depende de muchos factores. Lamentablemente la represión cuenta con las armas, los recursos del Estado y de manera casi permanente. En cambio, la protesta cuenta con el efecto de la criminalización que es muy poderoso y la intimidación constante.
Pero estamos viendo algo importante.Este 2017 ha quedado de manifiesto que la sociedad no teme a toda la represión y ya no se deja amedrentar. Ha habido una escalada en la criminalización y la sociedad permanece en las calles. Es lo más relevante que ha habido de rebelión popular. Y, además se está generalizando por todo el país.
Para terminar, yo tengo una idea de que, como usted mencionó, a los más radicales del chavismo le gustaría ejecutar una orden. Es decir, estamos viendo a los represores salir a las calles para aterrorizar a la población con la represión que busca dilapidar la protesta. No obstante, no han accionado todo el material necesario para acabar bruscamente, con más muertos, la protesta en las calles. ¿Acaso hay una orden que, a pesar de que la quieren dar para terminar con este proceso de rebeldía, no la dan porque las implicaciones serían contraproducentes?
Es cierto que el material bélico podría tener implicaciones terribles. Pero afirmar eso sería especular. No sabemos si hay una orden que quieren dar y no dan; pero ya ha habido órdenes claras y muy precisas del uso del método de guerra en diferentes partes del país.