De acuerdo con una nota publicada en el portal El Estímulo este viernes 26 de agosto, la clase media venezolana se está desprendiendo de artículos de lujo como joyas y obras de artes de importante artistas, con el fin de poder costear sus gastos y sobrevivir bajo la cruenta crisis económica y social que padece Venezuela.
“Me estoy descapitalizando. Si cada mes debo gastar 400 dólares, son como 5.000 al año. Vivía como princesa y ahora no tengo calidad de vida, por el simple hecho de no tener acceso a los productos más básicos”, cuenta a El Estímulo una mujer anciana, quien prefirió mantenerse bajo el anonimato, y quien fue miss y ahora es corredora inmobiliaria profesional.
Ivy (el pseudónimo que se utilizó para denominarla), era una mujer de clase media-alta en Venezuela. Tenía un patrimonio importante; pero poco a poco lo ha ido perdiendo todo. Tuvo que vender un apartamento en la playa, dos carros Alfa Romeo y varias de sus joyas.
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En estos momentos, la mujer está rematando una obra del importante artista plástico Jesús Soto, en US$35 mil en una galería en Miami. Además, “no descarta comenzar a vender la ropa que no usa que se encuentra en buen estado”.
Asimismo, otro hombre venezolano de clase media —quien también prefirió mantenerse bajo el anonimato—, afirmó a El Estímulo que tuvo que vender un terreno en Caracas, una obra de Soto, otra obra del afamado artista Carlos Cruz-Diez y una camioneta Grand Vitara, para poder sobrevivir.
Al hombre le diagnosticaron una grave enfermedad, y la única manera de costear su tratamiento era a través de la venta de sus propiedades, señala.
Por otra parte, El Estímulo resalta que a raíz de la crisis económica, en Venezuela ha surgido un “mercado de segunda mano”, en el que la clase media venezolana está vendiendo “sus televisores, muebles, cristalería, vajillas, poltronas Luis XV antiguas, alfombras, secreter, camas de masajes, electrodomésticos, parrilleras, esculturas y pinturas de Marcos Castillo, Tomás Golding, José Lull o Durval Pereira”.
“Estaban vendiendo de todo, y no era para irse del país. Las cosas pertenecía a la mamá; la señora falleció y los hijos estaban saliendo de las cosas para tener esa plata. Vendían todo tan barato. La gente prefiere salir de eso y tener mejor el efectivo”, contó otra mujer al portal —también bajo un pseudónimo.
La mujer, denominada Mercedes, cuenta lo que vio en un mercado en el que la clase media vendía su patrimonio en rebajas.
De igual forma, la organizadora de los mercados, María Alejandra Nouel, relata al medio que las personas no están comprando de la misma manera como lo hacía antes, y que hay más ofertas que demandas.
“Al principio la gente no pensaba mucho las cosas. Compraban sin pensarlo y sin importar lo que costara”, dice la organizadora del evento.
“Ahora he tenido clientes que me han dicho que no pueden ir a la venta porque tienen que comprar comida y no pueden darse ese lujo”, afirmó Nouel.
Fuente: El Estímulo