Este martes 10 de mayo, el alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), firmó un decreto que autoriza el uso de servicios de transporte compartido por aplicaciones móviles, como el de la empresa privada norteamericana Uber.
El decreto señala que Uber y las otras compañías que ofrezcan servicios similares, deberán pagar el equivalente de US$0,03 por kilómetro recorrido con un pasajero. Según Haddad, esta medida regulará el nuevo modelo de negocio para que funcione como una flota capaz de absorber la demanda de la ciudad.
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La medida del ayuntamiento, que a partir de este miércoles 11 de mayo entrará en vigor, pone fin a una serie de medidas preliminares de la justicia, ya que anteriormente Uber operaba en la ciudad gracias a un aval de varias medidas judiciales cautelares.
Para el momento, solo podrán ser liberados un máximo de 5 mil vehículos para prestar servicio a través de esta modalidad, de esta manera, Haddad, quien indicó este martes que “el número de taxis es insuficiente para atender la demanda actual”, espera que se pueda suplir la demanda en la ciudad brasileña.
Frente al desempeño de Uber en la ciudad, el pasado 8 de abril cientos de taxistas bloquearon las principales avenidas de Sao Paulo para protestar en contra de los servicios privados de transporte que, para ellos, se constituyen en una competencia desleal.
Para el gremio, la competencia es injusta ya que los conductores de Uber no tienen que pagar tarifas a la ciudad ni pasar por inspecciones oficiales. Además, solo necesitan la licencia de conducir para operar, y no una licencia de operación.
Por su parte, en una entrevista con el diario brasileño Folha de Sao Paulo, el portavoz de Uber en Brasil, Fabio Sabba, aseguró que “la Constitución Federal establece como principios la libre iniciativa y el incentivo al desarrollo tecnológico y la innovación”, por lo que la empresa “tiene respaldo en las leyes” de Brasil.