Bernie Sanders se sentó con el New York Daily News para dar una entrevista que lograse consolidar su respaldo en la próxima primaria el 19 de abril en Nueva York. Parece que no le fue muy bien al senador de Vermont.
Sanders tiende a ser exitoso manejando los temas usuales de su retórica frente a la prensa: le va bien manteniendo el discurso sobre las “perversidades” de las corporaciones y de Wall Street; sin embargo, cuando durante la entrevista tuvo que ir más allá de su recurrente diatriba, tuvo problemas.
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Aquí unos extractos de la entrevistas que lo demuestran:
NYDN: Usted dijo que espera acabar con el mayor banco de EEUU en el primer año de su administración. ¿Qué autoridad tiene para hacer eso? ¿Cómo funcionará eso? ¿Cómo acabará con JPMorgan Chase?
Sanders: Bueno, por cierto, la idea de disolver a estos bancos no es una idea original. Es una idea que además han compartido algunos conservadores. Hablemos primero del problema y luego de cómo llegamos a la solución…
NYDN: Okay. Bien, asumamos que está en lo correcto. ¿Cómo lo hará?
Sanders: Eso se logrará aprobado una legislación, o dando la autoridad al secretario del Tesoro para que determine, bajo la Ley de Reforma de Wall Street y Protección al Consumidor (Dodd-Frank), que estos bancos ocasionan un daño inmenso a la economía por ser muy grandes para poder fracasar.
NYDN: ¿Usted cree entonces que la Reserva Federal tiene la autoridad?
Sanders: Bueno, no sé si la Reserva Federal tiene la autoridad. Pero creo que la Administración si puede.
(…)
NYDN: JPMorgan tiene 241.000 empleados. Alrededor de 20.000 de estos están en Nueva York. Unos US$192 mil millones en activos netos. ¿Qué pasa? ¿Qué cree que pasará? ¿Qué pasará con JPMorgan en unos dos años?
Sanders: Lo que preveo es una fuerte economía nacional. Y, de hecho, una fuerte economía en Nueva York también. Lo que preveo es un sistema financiero que dé préstamos asequibles a pequeñas empresas. Que no se encierra pensando solamente en sus propios beneficios y que siga creando complicadas herramientas financieras, como las que llevaron a Estados Unidos a la peor recesión económica de nuestra historia moderna.
NYDN: Entiendo eso. Pero me importa el método, porque, acciones tienen reacciones, ¿no? Hay pros y contras. Entonces, si hace algo, puede tener consecuencias que no quería. Lo que pregunto es, ¿cómo podemos entender? Si ve a JPMorgan, por ejemplo, o a Citibank, o a Bank of America, ¿qué ocurrirá? ¿qué será de esas instituciones? ¿será un banco de consumo? ¿A donde van las inversiones?
Sanders: No estoy yendo detrás de JPMorgan Chase o de Citibank.
Hay más, mucho más. En un momento hubo un intercambio sobre qué ley, exactamente, los ejecutivos de Wall Street quebrantaron durante el colapso económico y cómo Sanders logrará enjuiciarlos. El extracto anterior de la entrevista es suficiente para poder determinar cómo fluyó la conversación de más de una hora: el New York Daily News presionando a Sanders sobre temas en específico y pidiéndole al senador que evalúe las consecuencias de sus propuestas, y Sanders, por supuesto, esquivando las incomodidades mientras buscaba encaminar la entrevista hasta su confort.
Para los detractores de Sanders —incluyendo a Hillary Clinton— la entrevista con el Daily News es el momento preciso que han estado esperando. El momento en que sus propuestas idealistas son evaluadas detalladamente, demostrando la falta de fundamentos.
Por supuesto, la universidad gratuita suena bien; pero, ¿cómo, exactamente, se paga por eso? Y sí, acabar con los bancos más grandes parece atractivo —sobre todo si viste The Big Short—; pero, ¿realmente puedes hacer eso? ¿Qué pasará con los miles de empleados que están en los bancos?
Muchos de los que apoyan a Sanders aseguran que Estados Unidos necesita desesperadamente una revolución política. Y, para esas personas, la entrevista en el Daily News no significará absolutamente nada. Sin embargo, lo que la entrevista expone es que cuando se haga “la revolución”, muchos cabos quedarán sueltos. Cabos sueltos que ni Sanders podrá atar, con los que no podrá ni siquiera lidiar —o no querrá.
Al inicio de la campaña de Sanders, él podía proponer lo que quisiera y más, porque nadie creía que siquiera tenía algún chance de ganar. Ahora que el discurso del senador parece estar impulsando una “revolución”, sus ideas deben ser examinadas con mayor detenimiento.
La entrevista del Daily News enfrentó a Sanders con la realidad. Está bien, digamos que es elegido presidente. ¿Habrá pensando el senador en lo que significarán para los trabajadores americanos y para la economía de Estados Unidos que todas las cosas que insiste deberían pasar ocurran en realidad? A juzgar por las respuestas de Sanders, no lo ha hecho.
Con información de: Washington Post.