Esta semana, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, nombró a Ricardo Patiño, hombre muy cercano al gobierno del presidente, como nuevo ministro de Defensa, sustituyendo a Fernando Cordero; este sería el octavo titular que pasa por el ministerio durante los 8 años de la administración de Correa.
El nombramiento se da en medio de una situación de crisis para los militares ya que el Estado debe US$329 millones al Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa), debido al retraso de la contribución del 60% que hace por ley a las pensiones de jubilación.
Fernando Cordero, exministro, tuvo dificultad para llevar la situación que había comenzado en 2010 como parte de una disputa por US$41 millones por la venta de un terreno en Guayaquil entre el Issfa y el Ministerio del Ambiente del Ecuador. La crisis se fue agravando hasta devenir en la destitución del Alto Mando Militar en febrero de este año.
Antes de la sustitución de Cordero, el exministro firmó acuerdos que fomentarían la equidad entre los militares, como la eliminación de las diferencias entre tropas y oficiales en comedores y baños; y la unificación del proceso de acceso a las escuelas militares.
A pesar de ello, los recientes anuncios de Correa ocasionaron que en las primeras semanas de marzo una treintena de altos oficiales se retiraran de manera anticipada de las Fuerzas Armadas.
La colocación de Patiño en el puesto del ministerio de Defensa, significa un nombramiento estratégico por tratarse de un hombre que desde 2007 ha sido muy cercano al gobierno del presidente Correa.
Simón Pachano, analista político, asegura que “Patiño es de estrecha confianza del presidente, me parece que por allí se explica su nombramiento, aunque no creo que sea el más adecuado por la escasa confianza que genera en los militares. Él siempre ha dicho que las Fuerzas Armadas deben ser funcionales al Gobierno”.
Fuente: El País.