La patrulla fronteriza de los Estados Unidos ha hecho público un informe de 2015 en el que se evidencia que la cantidad de marihuana decomisada entre el sur de los Estados Unidos y la frontera de México, ha disminuido a su nivel más bajo en décadas, esto debido a la legalización de la marihuana en varios estados de Estados Unidos, informa el Washington Post.
El precio de la marihuana ilegal proveniente de México ha caído sustancialmente desde que ahora los usuarios residentes en California, Colorado y Washington pueden acceder al cannabis de manera segura para fines medicos o recreativos.
“Hace dos o tres años un kilogramo de marihuana costaba alrededor de US$60 y $90”, afirmaba un cultivador mexicano de la marihuana a la agencia NPR en diciembre de 2014. “Pero ahora cuesta de $30 a $40 el kilo. Es una gran diferencia. Si Estados Unidos continúa legalizando la hierba, nos venimos abajo”.
La importante caída de los precios también presiona a los carteles a cultivar un “mejor” producto, ya que ahora muchos estadounidenses pueden obtener marihuana de alta calidad muy fácilmente en tiendas locales.
“La calidad de la marihuana producida en México y en el Caribe tiende a ser inferior a la producida domésticamente en los Estados Unidos y Canadá”, publicó la DEA en un informe el año pasado. “Reportaje de las autoridades indican que los carteles de México están intentando buscar producir una marihuana de mejor calidad para estar a la par de la demanda de los estadounidenses”.
A pesar de esto, la mala noticia es que los carteles mexicanos están comenzando poco a poco cubrir la pérdida de la marihuana reforzando la producción de otros productos mucho más dañinos para la salud, como la heroína y la metanfetamina.
“Aquellos tratando de entender que ha pasado con el consumo y la importación del cannabis estadounidense esta última década, deben poner atención especial a la producción bajo licencia y sin licencia en los estados donde se consume marihuana medicinal, especialmente en California”, afirmó Beau Kilmer, del instituto Rand Corporation, al Washington Post.
Fuente: SF GATE, Washington Post.