
No hay plataforma de redes sociales donde el juguete chino Labubu no acumule millones de vistas. TikTok y YouTube son las más relevantes, posicionando sus apariciones con etiquetas como #LabubuUnboxing o #PopMartLabubu. Este personaje fue creado en 2015 como parte de la serie ilustrada The Monsters. Posteriormente, fue convertido en juguete en 2019 y promocionado a nivel global como símbolo de estatus, moda y cultura pop desde 2024.
Sin embargo, el simple juguete puede representar una herramienta para la intromisión del comunismo chino al resto del mundo. Pop Mart, la empresa china que lo fabrica, generó ventas por unos 870 millones de dólares solamente en la primera mitad del año pasado. A la cabeza de la compañía está un empresario miembro de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), un órgano asesor político del Partido Comunista Chino (PCCh).
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La fama del juguete Labubu fue repentina. De hecho, se expandió mundialmente cuando a una cantante llamada Lisa la fotografiaron el año pasado llevando un llavero del personaje. Luego, estrellas como las cantantes Rihanna y Dua Lipa, la empresaria Kim Kardashian y el exjugador David Beckham se hicieron eco del producto. Bajo el concepto de las blind boxes (cajas sorpresa donde se vende el personaje), la fama estalló entre los Gen Z y Millennials. Respecto a los precios, las figuras suelen costar entre los 15 y 1000 dólares, dependiendo del tamaño y rareza.
Presidente de empresa fabricante es miembro del PCCh
Lo anterior demuestra cómo un juguete puede generar todo un movimiento cultural y eso, es oro para el comunismo chino, enfocado en expandir sus redes de influencia bajo iniciativas como los institutos Confucio, presentes en varios países para conectar con instituciones y estudiantes extranjeros.
La clave está en Pop Mart y su CEO, Wang Ning, miembro de un órgano adscrito al PCCh, indica Taipéi Times. La empresa fundada en el año 2010 se hizo mundialmente famosa por vender juguetes coleccionables de diseño, enfocándose en el formato de blind boxes. Tiene presencia en 84 países y solo en China posee unas 288 tiendas. En Estados Unidos, están ubicadas en ciudades como Los Ángeles, Nueva Jersey y Washington. Su impacto es tal que hace tres meses el portal Financial Times calificó a Pop Mart como la compañía que transformó la compra de juguetes en un “acto de consumo con conciencia estética”.
El medio detalla que debido al aumento de tensiones entre el gobierno de Donald Trump y el régimen comunista de Xi Jinping y en medio de una ola global de cierres de Institutos Confucio, China “parece haber ideado una nueva estrategia para influir culturalmente en el mundo libre”. Argumenta que ahora, “en lugar de depender únicamente de los IC, China está aprovechando las marcas de consumo para proyectar su soft power a nivel global”.
Ning manifestó en 2023 su compromiso de utilizar sus recursos en la industria cultural para “contar al mundo buenas historias sobre China” y contribuir al logro de los objetivos del Partido. Su declaración apareció en un comunicado de prensa publicado por la CCPPCh en Pekín.
Régimen chino promociona su “incubadora de creatividad”
Aunque no hay un comunicado oficial del Partido Comunista que hable puntualmente sobre la fama de Labubu, la revista Qiushi, dirigida por el PCCh, publicó un artículo donde menciona que China, tradicionalmente conocida como la fábrica mundial de juguetes de gama baja, “ha cultivado un sólido ecosistema de innovación” y “se está convirtiendo cada vez más en una incubadora global donde la creatividad brota por doquier”.
Es decir, la alta cúpula política que lidera Xi Jinping está atenta a este fenómeno comercial y cultural, que atrapa a compradores de distintas edades y quienes luego suben contenidos a redes sociales como TikTok (de origen chino) para mostrar su nueva adquisición.