
El término “sueño chino” se escuchó por primera vez en el año 2012, cuando Xi Jinping ascendió a secretario general del Comité Central del Partido Comunista, el cargo de más alto rango. Luego, al convertirse en presidente exhortó a sus filas a “esforzarse por lograr el sueño chino de la gran revitalización de la nación”. El slogan sirvió a partir de entonces para englobar varios objetivos, entre ellos, el fortalecimiento del país en todos los ámbitos, incluyendo el tecnológico y económico.
La disputa con Estados Unidos por el puesto de primera potencia mundial también está incluida. Ahora, un informe de inteligencia de la Fuerza Espacial de EEUU confirma que desde 2015 las operaciones espaciales chinas “crecieron 620 %, agregando 875 satélites, incluidos cientos utilizados para inteligencia, vigilancia y reconocimiento. La flota total asciende ahora a 1060 satélites”. Según el documento citado por el Washington Times, el gigante asiático “está acumulando rápidamente capacidades de guerra espacial para destruir satélites estadounidenses en un futuro conflicto y ayudar a realizar ataques de largo alcance”.
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El dato concuerda con revelaciones recientes del general Michael Guetlein, subjefe de operaciones espaciales, sobre “peleas de perros en el espacio” de cinco satélites. “Están practicando tácticas, técnicas y procedimientos para hacer operaciones espaciales en órbita de un satélite a otro”, explicó. Es decir, son ensayos de combates aéreos en el espacio. Aunque no mencionó que fueran expresamente chinos, un portavoz de la Fuerza Espacial dijo más tarde a los periodistas que la demostración pertenecía al comunismo chino, agregó el portal Breaking Defense.
¿Guerra espacial al estilo Star Wars?
Lo cierto es que la exploración espacial se convirtió en un símbolo de poderío de China para destronar a Estados Unidos. Así lo confirman iniciativas como el plan para acaparar la energía del Sol en pocos años o el programa GuoWang para desplegar 13000 satélites en órbita terrestre baja con el fin de proveer internet de banda ancha a todo el mundo, el mismo objetivo que tiene Elon Musk, CEO de Starlink, y quien dirige el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) del actual Gobierno de Donald Trump.
Tanto el informe sobre la creciente capacidad de guerra espacial de China y las palabras de Guetlein podrían interpretarse como un exhorto a la Administración Trump para elevar sus propias capacidades en el espacio. No obstante, algo que advierte Breaking Defense es que “la guerra espacial será lenta, con maniobras satelitales que a menudo tomarán horas, días o incluso semanas”. En otras palabras, es poco probable que el mundo vea en el corto plazo escenas como las de Star Wars en la vida real.
Adicionalmente, hay que extrapolar el concepto de guerra espacial al suelo firme, ya que los avances de China podrían ayudarle en disputas terrestres como la posible invasión a Taiwán. Tal como reza el informe de la Fuerza Espacial, “la inteligencia sugiere que el Ejército Popular de Liberación (EPL) probablemente ve las operaciones contraespaciales como un medio para disuadir y contrarrestar la intervención militar de EEUU en un conflicto regional”.
El general B. Chance Saltzman, jefe de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial de EEUU, lanzó su propia alerta a inicios de marzo cuando dijo que el “control del espacio” es la forma en que esta rama militar puede lograr la superioridad frente a otros países. Mientras tanto, el régimen comunista de Xi Jinping continúa empeñado en perseguir “el sueño chino” para superar en todos los ámbitos a Occidente.