La embajadora de Israel en Costa Rica, Mijal Gur Aryeh, habló sobre la presencia del grupo terrorista Hezbolá en tres países de América Latina: Nicaragua, Venezuela y Bolivia. Son naciones bajo sistemas autoritarios cuyas alianzas internacionales se caracterizan por ser opacas y enemigas de las democracias globales. La diplomática mencionó la existencia de “bases” en esos territorios y el apoyo que servicios de inteligencia israelíes dan “a países de América Latina para interceptar grupos terroristas”.
Esta declaración pública sobre la presencia de Hezbolá en América Latina podría tener otro objetivo: advertir al grupo terrorista, desorientado tras la muerte de 10 de sus máximos líderes. Si bien las células que operan en este lado del mundo se concentran en asuntos económicos, es cierto que también obedecen a una cúpula de mando, hoy casi extinta por el trabajo de fuerzas israelíes en Medio Oriente.
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En total, 10 líderes del grupo terrorista financiado por Irán fueron liquidados en los últimos meses. El más importante es Hassan Nasrallah por un ataque aéreo de Israel el pasado 27 de septiembre contra suburbios de Beirut, en Líbano. La desorientación que ahora podría existir en las filas de Hezbolá coincide con otros estudios sobre el inicio de “un periodo de incertidumbre que puede afectar las estructuras en Latinoamérica”.
Israel admite bases de Hezbolá en Bolivia
Mucho se alerta sobre la presencia de células de este grupo terrorista en la región, las cuales operan como organización criminal a través del contrabando, narcotráfico y un entramado de empresas para lavar y movilizar el dinero. Usar de pasaportes falsos para moverse entre territorios es una de sus tácticas que iniciativas como Eurofront vigilan de cerca, tal como explicó hace par de meses Víctor Suárez, experto principal del programa, en entrevista con PanAm Post.
Los operadores en esta parte del mundo, ante la falta de cabecillas y de coordinación, podrían volverse más peligrosos. Ahí es donde esta nueva declaración pública de Israel serviría de freno. Además por primera vez se menciona de forma oficial a Bolivia como lugar de refugio de los extremistas. Es una alianza que se dejó entrever el año pasado cuando el gobierno de izquierdista de Luis Arce firmó un acuerdo de cooperación militar estratégico con Irán, aliado principal de Hezbolá. Sin embargo, ahí la cooperación con Teherán tiene casi dos décadas vigente a través de universidades o la construcción de hospitales.
Entonces, las declaraciones de Mijal Gur Aryeh ponen mayor atención sobre los extremistas, sus aliados y la amenaza que ciernen sobre América Latina. Además, evitaría posibles acciones directas de los terroristas en la región ya que Jerusalén no está interesado en extender la guerra contra Hamás más allá de Medio Oriente.
Triangulación Caracas-Teherán-Managua
Respecto a Venezuela y Nicaragua, está ampliamente registrado cómo ambas dictaduras refugian a militantes. De hecho, en el año 2020 el entonces secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, habló sobre cómo opera en el país sudamericano con aval del chavismo.
Otras investigaciones retratan la relación de jerarcas de la dictadura chavista con la organización terrorista. Para 2008 la Operación Titán desmanteló una red de narcotráfico y lavado de dinero que operaba entre Colombia y Venezuela, con tres personas acusadas de enviar dinero a Hezbolá. Respecto a Daniel Ortega, el entonces Director para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones de Exteriores de Israel, Jonathan Peled, afirmó el año pasado tener pruebas de su presencia en ese país centroamericano.
De manera que las palabras de la embajadora de Israel en Costa Rica buscan plantar nuevamente posición contra los terroristas y brazo criminal de Irán en la región, no sin antes advertir que cuentan con información sobre sus movimientos.