Más de 220 estaciones de radio en Estados Unidos quedan en manos del multimillonario George Soros, luego de una decisión de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), en la que se aprobó la transferencia de sus licencias a una organización sin fines de lucro financiada por el precursor de planes globalistas y uno de los mayores interesados en seguir implantando la agenda progresista en Estados Unidos a través de la Casa Blanca.
A pesar de los reclamos republicanos, la orden está dada para que el Fondo para la Reforma Política (Fund for Policy Reform), una organización sin fines de lucro ubicada en Delaware, sea la que controle Audacy Inc., empresa de radiodifusión, la segunda más grande de EE. UU. al poseer 227 estaciones de radio, declarada en quiebra desde enero de 2024. De tener una deuda de 1600 millones de dólares, ahora se reducirá a 350 millones, según el documento presentado ante la FCC, reseñado por Bloomberg.
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Esta vez, la billetera de Soros lanzó un salvavidas a dicha empresa. Sin embargo, resta ver cuál será el costo real en términos de libertad de expresión o de manipulación de relatos. No es un secreto que su hijo y heredero de su imperio, Álex Soros, meses atrás exhortó a iniciar una campaña comunicacional de descrédito para que medios llamaran “delincuente convicto” al expresidente Donald Trump luego de que la justicia de Nueva York lo declarara culpable de 34 cargos por falsificación de registros comerciales.
Más poder para Soros
Soros es el mayor partícipe tras bambalinas de situaciones como la protección de protestas anti-Israel, la naturalización de migrantes indocumentados para conseguir votos a favor del Partido Demócrata, o la promoción de narrativas en medios de comunicación. El abanico es amplio dejando ver el poder que tiene el multimillonario al financiar numerosas organizaciones de izquierda.
Ahora ese poder será mayor con 227 estaciones de radio en sus manos. Así, el impero Soros podrá llegar a más de 165 millones de estadounidenses cuando resta un poco más de un mes para las elecciones presidenciales y con los principales candidatos, Kamala Harris y Donald Trump, con una estrecha diferencia de intención de votos según encuestas. Entre los acreedores también está Soros Fund Management, ya que el nuevo trato elimina a los antiguos accionistas.
Todo esto hace que desde el lado republicano eleven el sonido de las alarmas por dos razones: la censura que promueve Soros y el hecho de que nació en el extranjero (en Budapest, Hungría). Tanto el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, James Comer, como el representante Nick Langworthy explican lo siguiente en una carta dirigida a la presidente de la FCC, Jessica Rosenworcel:
“Soros Fund Management está invirtiendo en plataformas de podcast y comprando estaciones de radio en los principales mercados de medios, lo que tiene ramificaciones en lo que escuchan los estadounidenses e influye en el diálogo político en este país”, escribieron. “De hecho, el 31 % de todo el consumo de medios en los Estados Unidos consiste en audio, incluso más que el consumo de televisión, que representa el 24 %”.
Ambos congresistas también remarcan que la agencia pasó por alto las preocupaciones sobre la propiedad extranjera para facilitar la participación de Soros. Aún así, la FFC respondió que los cuatro miembros de la junta directiva del Fondo para la Reforma Política son ciudadanos estadounidenses. Y es que, en realidad, Álex Soros, quien forma parte de esta comitiva, lo es. Nació en Nueva York hace 38 años. Como resultado, la influencia de su padre sigue ganando terreno.