El programa nuclear de Corea del Norte es parte de una herencia que recibió el dictador Kim Jong-un cuando llegó al poder de la mano de su padre y su abuelo. Es motivo de orgullo para el comunismo juche y un factor preocupante para Occidente, sobre todo porque integra la lista de los ocho países con bombas nucleares en su haber. Los demás son Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido, Pakistán, India e Israel. Pero no fue sino hasta hace dos años cuando el régimen aprobó una ley en la que se declaró a sí mismo como un Estado con armas nucleares.
Tener un arsenal nuclear le garantiza al país más hermético del mundo una voz de peso en discusiones internacionales, pero lo que más preocupa a Joseph R. DeTrani, un exdiplomático estadounidense y oficial retirado de la CIA, es que Corea del Norte desencadene una guerra nuclear en el noreste de Asia. Y es que el exfuncionario sabe de lo que habla porque participó en negociaciones con el régimen norcoreano desde 2003 y es autor de un libro titulado “La amenaza norcoreana: inteligencia y diplomacia: una memoria personal”.
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El experto asevera que “la probabilidad de un conflicto intencional o accidental en la península de Corea, con una Corea del Norte con armas nucleares que considera a Corea del Sur y a Estados Unidos como enemigos, es mayor ahora que en cualquier otro momento desde el armisticio de 1953 que puso fin al combate durante la Guerra de Corea”. Además, expone que Pionyang ha amenazado “con compartir armas y material nuclear con estados rebeldes o grupos terroristas”.
“Una amenaza existencial para EEUU”
Corea del Norte es un país tan hermético que resulta difícil conocer los planes del dictador en materia nuclear. Sin embargo, eso no le impide vanagloriarse en su arsenal ante los ojos del mundo. Imágenes oficiales de Kim Jong-un inspeccionando la semana pasada el Instituto de Armas Nucleares —de ubicación desconocida—dieron la vuelta al mundo al tiempo que pidió construir más centrifugadoras para aumentar el arsenal atómico.
El dictador ordenó ejecutar seis pruebas nucleares entre 2006 y 2017. Para 2019 realizó lanzamientos de misiles de largo alcance y pruebas nucleares. Así continúa hasta ahora, cuando por primera vez muestra las instalaciones que usa para obtener uranio-235, esencial para la fabricación de armas nucleares. El peligro aumenta si se tienen en cuenta las afirmaciones del oficial retirado de la CIA sobre la posibilidad de que Pionyang provea este arsenal a grupos terroristas o rebeldes.
No es un secreto que Kim Jong-un forjó una amistad con Vladímir Putin que los llevó a pactar en junio de este año “asistencia mutua” en caso de agresión externa. A su vez, el mandatario ruso, a través del grupo Wagner (ahora con otro nombre), garantiza su influencia en África, rica en recursos naturales y un terreno estratégico para monitorear la actividad yihadista regional. Se trata de una rueda giratoria de pactos y conveniencias —también integrada por China— que cobra mayor sentido cuando expertos como Joseph R. DeTrani atan cabos usando su experiencia en el tema.
Por eso, el exdiplomático estadounidense cree que el peligro que representa Corea del Norte “es real y creciente”, de acuerdo con las palabras que cita The Washington Times. “Actualmente, Corea del Norte es una amenaza existencial para Corea del Sur, Japón, el noreste de Asia y Estados Unidos (…) Ignoramos a Corea del Norte a nuestro propio riesgo”, dijo. Esto, es otro tema pendiente de abordar para quien sea elegido como el próximo presidente de la Unión Americana.