Kamala Harris se enfrentará a muchas preguntas incómodas cuando esté cara a cara con su adversario, el republicano Donald Trump, en el debate presidencial. Al ser la segunda al mando en el actual Gobierno de Joe Biden, también es la responsable de muchos fracasos que deja esta Administración. Y aunque es probable que su equipo la haya preparado para responder, eso no quita lo áspero que pueden ser muchos de estos temas.
Además, el último informe publicado por el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes pone a Harris en una situación todavía más comprometida. Allí, revelan que 90 % de los aliados de EE. UU. en Afganistán fueron abandonados por la Administración demócrata debido a la desordenada retirada que ejecutó Biden en el año 2021. ¿Dónde estaba Kamala Harris en ese momento? Ella misma confesó que fue “la última persona en la sala” antes de que Biden tomara la decisión de retirar todas las tropas.
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Republicanos y demócratas se lanzan dardos por estas horas, culpándose unos a otros por lo que ocurrió con ese episodio y las miles de personas que quedaron a merced de los talibanes. Desde la Casa Blanca aseveran que el nuevo documento “no dice nada nuevo” a pesar de que en más de 350 páginas, el Comité de la Cámara baja alega que la Administración Biden dio prioridad a la “imagen” de la retirada por encima de la seguridad que había pactado Trump en su anterior presidencia frente a los talibanes. Y la realidad demuestra que así fue. Documentos confidenciales, armas, tanques del ejército hoy están en manos en los extremistas, sin mencionar los análisis que enumeraron los graves errores cometidos por la Administración que también dirige Harris.
Las cuentas que Harris deberá rendir frente a Trump
Altos funcionarios militares aconsejaron mantener 2500 soldados en Afganistán, en lugar de ejecutar una retirada completa. Sin embargo, Biden negó haber recibido esa recomendación. “No. Nadie me dijo eso que yo recuerde”, afirmó. Mientras tanto, Kamala Harris acompañaba al presidente en esta cruzada que terminó mal para 90 % de afganos aptos para recibir visas especiales y, peor aún, para unos 1000 o más ciudadanos estadounidenses que también quedaron abandonados en el país, según el informe de la Cámara.
No es lo único. Kamala Harris deberá explicar cuál será su política exterior hacia Israel, teniendo en cuenta que ya adelantó algo cuando decidió no escuchar el discurso que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, dio ante el Congreso estadounidense en julio pasado. En lugar de eso, fue a un encuentro con una fraternidad afroamericana en Pensilvania. Es un tema pendiente y por el que votantes musulmanes la presionan, dado que la vicepresidente dice simpatizar con ellos.
Por otro lado y tal como reseña el New York Post, a Kamala Harris la persigue el hecho de que su asesor en materia de seguridad nacional, Philip Gordon, es señalado por “promover descaradamente la perspectiva y los intereses del régimen iraní”, de acuerdo con legisladores republicanos. Como resultado, el debate entre Kamala Harris y Donald Trump será complicado en temas internacionales, dada la herencia que ella misma ayudó a formar. Por ahora, el candidato republicano lleva la ventaja entre analistas que lo ven más preparado para este tipo de encuentros.