
Luego de casi siete meses del fallecimiento de la reina Isabel II, finalmente el 6 de mayo será la coronación del rey Carlos III. En Reino Unido se preparan con bombos, platillos y el habitual acto protocolar que durante siglos han cumplido los distintos nuevos monarcas británicos desde hace 1000 años. El problema es que, en pleno siglo XXI, aumenta el rechazo contra la institución.
La resistencia contra el nuevo rey fue evidente luego de que la reina falleció en septiembre pasado. No solo hay reclamos de grupos que exigen el fin de este modelo, sino que países enteros que tenían a la monarca británica como jefe de Estado están presionando para convertirse en repúblicas.
- Lea también: La larga vida de la reina Isabel II ilustra “la mayor historia jamás contada”
- Lea también: Con la muerte de la reina Isabel II, peligra el poder político de la monarquía
El futuro a corto plazo es incierto en términos políticos, pero sí es posible tener una fotografía de cómo están las cosas. Por ejemplo, Escocia dejó claro que seguirá presionando por un referéndum de independencia, ya que en noviembre de 2022 la Corte Suprema determinó que no se puede celebrar tal elección sin antes tener la aprobación del Congreso británico. En Gales persiguen el mismo fin. De hecho, en octubre de 2022 hubo una marcha exigiéndola.
En el Caribe también hay movimientos para zafarse de la monarquía. Antigua y Barbuda, Jamaica, Bahamas, Belice, Granada, así como San Cristóbal y Nieves, tienen las mismas aspiraciones que logró Barbados en noviembre del año pasado. Este último país es “la república más joven del mundo”. Por eso y más la celebración de la coronación del rey Carlos III llegará acompañada de reclamos.
Protesta con camisas amarillas
Republic es un grupo que promueve la idea de Reino Unido sin rey. En su sitio web se lee la siguiente convocatoria: “El sábado 6 de mayo los ojos del mundo estarán puestos en la coronación. Este es el momento en que hacemos nuestra objeción fuerte, visible e imposible de ignorar. Comprométete a sumar tu voz al llamado por una república. Y consulte la página de recursos para obtener más información, carteles y folletos”.
Hay dos formularios, uno para quienes se comprometan a protestar desde Londres y otro para quienes lo hagan desde otro lugar. Las personas que estén en calle usarán camisas amarillas y cuando el rey Carlos III desfile en su carruaje por Londres, los participantes pretenden corear “¡No es mi rey!”.
Para Graham Smith, líder del grupo, la coronación del rey Carlos III en la Abadía de Westminster de Londres es “la oportunidad perfecta para exponer lo que él considera una institución anacrónica que no tiene cabida en una democracia del siglo XXI”, apuntó Reuters. La ruta de la manifestación ya está definida y comenzará desde las seis de la mañana. Antes del 6 de mayo ya ha habido una serie de concentraciones.
The megaphone is out!!! #NotMyKing #AbolishTheMonarchy pic.twitter.com/zTcwK25QM6
— Republic (@RepublicStaff) April 26, 2023
Disminuye aprobación del nuevo rey
Aún con la iniciativa mencionada anteriormente, es innegable el frenesí que produce la familia británica. De ahí salen titulares de farándula, escándalos legales y mucho dinero. El motivo es que el reinado de Isabel II generaba un enorme impacto económico. Solo en 2017, en su 70 aniversario de matrimonio con Felipe de Edimburgo, la monarquía aportó a la economía de Reino Unido unas 1800 millones de libras (más de 2200 millones de dólares), según la firma Brand Finance.
Por si fuera poco, según datos de Statista, la “marca personal” de la reina Isabel era entonces 16 veces más grande que la de la cantante Beyoncé “y seis veces más grande que la de Kim Kardashian y el fundador de Microsoft, Bill Gates”. Entonces, más que un tema político, se trata de un músculo económico.
Más allá de eso, están los número de aprobación. El mismo portal indicó que antes de su fallecimiento, la reina Isabel II era el miembro más popular de la familia real con 81 % de favoritismo. No pasa lo mismo con Carlos III. La cantidad de británicos que opinan bien de él pasó de 61 % en septiembre de 2022 a 49 %, según Ipsos.
En conclusión, el nuevo reinado británico no la tendrá fácil en medio de una sociedad cada vez más moderna que pide cambios estructurales. Sin embargo, la sobrevivencia es algo que ha definido a esta monarquía a lo largo de los años.