Kelisa Wing, quien en septiembre del año pasado fue designada jefe de diversidad, equidad e inclusión (DEI, en inglés) — instancia que está alojada dentro de la Actividad Educativa del Departamento de Defensa de EE. UU. (conocida como DoDEA)— solo duró seis meses en el cargo. Su historial de ataques contra el «privilegio blanco» solo le sirvió para quedar relegada y ser reasignada a otras funciones que nada tienen que ver con su antigua labor.
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Los comentarios que había publicado en Twitter hace tres años fueron el catalizador a través del cual congresistas del Partido Republicano encendieron las alarmas. Un mes después, el Departamento de Defensa puso en marcha una revisión sobre Wing. Sin embargo, desde la Administración Biden insisten con que detrás de la decisión no hubo una “acción disciplinaria”, sino que fue “parte de una reestructuración de la sede”.
La exfuncionaria, maestra por 13 años y antigua integrante del ejército estadounidense es una abanderada de pies a cabeza de la ideología progresista. Además de eso, ha escrito libros para menores de edad como «¿Qué es el antirracismo?», «¿Qué es el privilegio blanco», «¿Qué significa desfinanciar a la policía?» o «¿Qué es el movimiento Black Lives Matter?». Posiblemente todo esto desembocó en su salida más allá de una simple “reestructuración”.
Presión republicana
El mismo día que se dio a conocer la destitución de Kelisa Wing, hubo una audiencia del Subcomité de Personal Militar en la Cámara de Representantes de EE. UU. para analizar “los esfuerzos de diversidad e inclusión del Departamento de Defensa”.
Según el reporte de Washington Examiner, los republicanos en el comité criticaron a Gil Cisneros, el subsecretario de personal y preparación; así como a otros funcionarios. Pero Wing estuvo en el ojo del huracán. En otras palabras, los congresistas tienen puesta la lupa en la ideología cada vez más evidente en las Fuerzas Armadas estadounidenses, la cual viene de recibir bajas puntuaciones en el rendimiento de sus diferentes componentes mientras que otras potencias militares como Rusia y China se fortalecen.
La representante Elise Stefanik posiblemente sea una de las artífices que presionaron por la investigación sobre la exfuncionaria que criticaba la “audacia caucásica”. Ella y otros legisladores “habían solicitado información actualizada sobre la revisión de Wing meses antes”. Solo recibieron información tres horas antes de la reciente audiencia, indicó New York Post.
Pero quien piense que los tuits o los libros con carga ideológica woke fueron las únicas alertas alrededor de Kelisa Wing, también deben saber que durante su gestión “se incrementó en 1250 % la cantidad de libros infantiles de extrema izquierda que llenaron los estantes de las escuelas primarias, intermedias y secundarias bajo su autoridad”, reveló el mismo medio. Sus libros están incluidos en la cifra.