Nicolás Maduro se regocijó hace pocas horas en televisión nacional. Y es que el año pasado se abrieron nuevas posibilidades de alianzas izquierdistas luego de que Gustavo Petro y Luiz Inácio Lula da Silva se hicieran con la presidencia de Colombia y Brasil, respectivamente. Con ambos, el mapa de la región se pintó casi por completo de rojo para formar un eje latinoamericano socialista junto a Alberto Fernández en Argentina.
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En un discurso ante la Asamblea Nacional chavista —convocada para presentar su informe anual de gestión— Maduro mencionó su relación con los autoritarismos de Rusia y China. La diferencia es que esta vez aseguró que “habló” con sus homólogos socialistas en Brasilia, Bogotá y Buenos Aires para “avanzar en la consolidación de una nueva geopolítica regional”. Dijo que al conversar con ellos, les mencionó que “está llegando una hora nueva”.
Las alianzas del dictador venezolano con potencias enemigas de Estados Unidos ya son conocidas. Pero ahora Maduro busca aprovechar “la sincronía con Lula, Petro y demás mandatarios que se puedan juntar hacia esa vía”, comentó en entrevista con PanAm Post, el analista en seguridad y defensa, Guillermo Pacheco.
No solo eso, Maduro calificó de “hermanos mayores” a Xi Jinping y Vladímir Putin. Sobre eso hay que prestar atención. “Si él critica al ‘imperialismo’ estadounidense por tratar de imponer sus decisiones, ¿no será que con sus declaraciones y llamándolos así, también está diciendo que hay una dependencia a otro tipo de imperialismo?”, cuestiona el experto de forma retórica. La pregunta se responde teniendo en cuenta cómo se han ido tejiendo estas alianzas con Rusia, China e incluso irán.
Realineamiento del socialismo latinoamericano
Organizaciones independientes y expertos han analizado a fondo cómo se configuran las naciones VRIC —Venezuela, Rusia, Irán, China— en América Latina. Una tesis que surgió a partir de esto fue el posible surgimiento de una “Gran Colombia” para crear un solo territorio en la región al servicio de las naciones gobernadas por Putin, Xi Jinping y Ebrahim Raisi. Para ese momento, se mencionaba que para concretar la expansión solo se necesitaba a Gustavo Petro en la presidencia de Colombia. Un año después de esa advertencia, esto ya es una realidad. El exguerrillero llegó a la Casa de Nariño.
“Petro y la llegada de Lula son un pieza importante en este ajedrez”, agrega Pacheco. Así, Maduro garantiza amiguismos desde México, con Manuel López Obrador, hasta Argentina con Alberto Fernández e incluso Gabriel Boric en Chile. “La llegada de ellos dos [Petro y Lula] termina de armar ese rompecabezas”, refiere respecto a las alianzas que planea la izquierda.
El tema no deja de ser preocupante por el riesgo que implica para la seguridad del hemisferio, añade. “EE. UU. debería ponerle atención a esto. Tal vez si antes no lo veían como amenaza, pienso que ahora sí llega el momento en que debería replantear su lógica y estrategia hacia América Latina por el realineamiento de este movimiento ideológico que llaman ‘socialismo del siglo XXI'”.
No todo es positivo para las izquierdas
Ahora bien, en medio del pesimista futuro en contra de las libertades y la soberanía de los países en América Latina, así como el “imperialismo” que Maduro está blanqueando ante el mundo, hay consideraciones válidas y nada positivas para el heredero del chavismo.
Cada nación tiene sus propios problemas y están lejos de ser resueltos en el corto plazo, enfatiza el analista en seguridad y defensa. Rusia pierde soldados, millones de dólares y territorio invadido en Ucrania tras casi un año de guerra; la economía de China está en declive sumada a la crisis sanitaria por el coronavirus. “Teniendo eso en cuenta, vale preguntar qué tanto pueden hacer estas alianzas”, dice.
Respecto a América Latina, Venezuela “está quebrada” a pesar de la supuesta mejora económica que quiere aparentar el chavismo. Mientras tanto, Brasil, bajo el mandato de Lula da Silva, tendrá que recomponerse en medio de la polarización que se hizo más evidente el pasado 8 de enero, y Argentina irá a elecciones este 2023, que posiblemente dejen fuera de la Casa Rosada al kirchnerismo, que encarna la mayor parte de la izquierda de este país.
Pacheco menciona el dicho guatemalteco “asustar con el petate del muerto”, usado para causar un temor infundado. “Esas declaraciones de Maduro no van a producir mucho, por lo que están viviendo Rusia y China”. Por ende, a su juicio hay una recomposición en ambos lados. Tanto en América Latina como en el hemisferio oriental. “En estos 12 meses será tal vez pura dialéctica, más que algo concreto”, finaliza.