La noche del 28 de diciembre el opositor venezolano Juan Guaidó intentaba diferir la sesión que daría por finalizado su moribundo gobierno interino. Con un mensaje a través de Twitter, respaldó la comunicación de la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015 que aplazaba del 29 de diciembre al 3 de enero dicha cita “en aras de procurar un acuerdo más amplio por el país”.
Pero no fue suficiente. Los partidos Acción Democrática (AD), Un Nuevo Tiempo (UNT), Primero Justicia (PJ) y el Movimiento Por Venezuela (MPV) lo presionaron para que fijara el 30 de diciembre como nueva fecha. Esperan ratificar antes de fin de año una primera votación en la que 72 diputados de los 112 apoyaron la idea de aniquilar la figura del mandatario encargado de Venezuela.
El papel de la oposición venezolana se ha ido derrumbando desde que el nulo interinato de Guaidó se llenó de acusaciones y sospechas de corrupción. Lo que antes era un “gobierno interino” con el apoyo de más de 60 países y la gestión de activos venezolanos en el extranjero, se convirtió en el símbolo de la decadencia de la política venezolana sin nada que envidiarle al régimen chavista.
Guaidó cede a la presión
Los partidos políticos, ahora enemigos de Guaidó, también ratifican las fracturas internas que no fueron capaces de curar. Durante una reunión virtual en las últimas horas, insistieron en que la sesión debe celebrarse pronto. Dijeron que si no se discute el fin del interinato, “se corre el riesgo de que, al fenecer el Estatuto de Transición, los activos en el exterior que están bien resguardados” pudieran caer en manos del chavismo. Al final, lo lograron. El otrora líder opositor cedió e informó que la sesión se realizará este 30 de diciembre.
Ratifico la convocatoria a sesión extraordinaria de la AN mañana #30Dic a la 1:00 p.m
Reitero que la insistencia de mantener la Presidencia (E) no es por Juan Guaidó, sino por un deber constitucional, para defender a los venezolanos y preservar la unidad.
Cumplamos nuestro rol.
— Juan Guaidó (@jguaido) December 29, 2022
En paralelo, Juan Guaidó insiste en un espejismo. Continúa afirmando que el extinto Gobierno interino “responde al interés de los venezolanos”. Pero esa premisa se desvanece entre acusaciones de partidos de oposición, el pedido de su salida y una endeble posición frente a la dictadura de Nicolás Maduro, ratificada en las conversaciones que se desarrollan en México.
“Hagan lo que les dicte su conciencia, sin destruir la institucionalidad que requiere nuestra lucha”, escribió el político hacia sus ex aliados. Aunque la institucionalidad a la que hace referencia hace tiempo dejó de ser viable dentro de la oposición.
El disparate del “gobierno parlamentario”
En todo caso, lo que contempla gran parte del Parlamento venezolano electo en 2015 (de mayoría opositora y con un funcionamiento paralelo al Legislativo chavista) sería aplicar un «gobierno parlamentario», apunta Efecto Cocuyo. Es decir, una AN con funciones del Poder Ejecutivo.
Los constitucionalistas rechazan la idea ya que ese modelo no está previsto en la Constitución. Sería como “lanzarse de un puente”, de acuerdo al especialista Gustavo Manzo. Por lo menos, los artículos 233 y 333 de la Carta Magna contemplan la figura del interinato. Su análisis pasa por la necesidad de eliminar no solo al interinato de Guaidó, sino también a la AN de 2015 debido a que el Estatuto de Transición “perdió vigencia al no concretarse el cambio político dentro de los 30 días, después de declararse la falta absoluta del cargo de Jefe de Estado, ni dentro de los cuatro años siguientes”.
Así que las próximas horas podrían ser las últimas de Juan Guaidó a la cabeza del interinato. Es el escenario más probable. Esto será la cereza del pastel para una oposición desarmada que no logró encaminar al país a un verdadero “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”.