
Aunque el régimen islámico de Irán se esfuerza por silenciar toda información referida a las protestas en ese país, desde el alto mando militar finalmente admitieron más de 300 muertes. La cifra fue comunicada por Amir Ali Hajizadeh, Comandante Aeroespacial de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, quien aprovechó para responsabilizar a países occidentales por las manifestaciones desde que Masha Amini perdió la vida a mediados de septiembre. Su muerte a manos de la “policía moral” —ya que según la radical ley sharía, no llevaba el velo de forma “correcta”— desencadenó reclamos que no se detienen en todo el país.
Sin embargo, el general se queda corto. La organización Iran Human Rights (IHR) contabiliza 451 muertes de civiles y 60 de miembros de fuerzas de seguridad. Por otro lado más de 18000 personas han sido detenidas. En paralelo se mantienen los reclamos en las calles y en universidades luego de 75 días de protestas, las cuales han cobrado tal magnitud que incluso la selección de fútbol iraní envió su apoyo en su primer partido en el Mundial de Catar.
Amir Ali Hajizadeh no mencionó de dónde sacó la cifra, replicó Associated Press. Y así como no proporcionó balances de su estimación, tampoco mostró pruebas de la supuesta responsabilidad que tienen sus enemigos occidentales. Así, entre la represión y la censura, el régimen absolutista de Irán recrudece sus acciones con el pasar de los días.
En este sentido, para el 22 de noviembre las autoridades ordenaron el cierre de Jahan-é Sanat diario especializado en economía “debido a la violación de las resoluciones del Consejo Supremo de Seguridad Nacional”, según un comunicado del Ministerio de Cultura. Sin mencionar interrupciones importantes en el servicio de internet de acuerdo al monitoreo de Netblocks.
#IranRevolution2022—November 28, Day 74
Tehran, #Iran's capital—Chitgar residents chant:
Death to Khamenei!
Death to #IRGC!
Death to Basij!#KianPirfalak💔#MahsaAmini🌹pic.twitter.com/rYo3fJ4Aar— Iran News Update (@IranNewsUpdate1) November 29, 2022
El Mundial de Catar como escenario
Lo cierto es que el mundial que se celebra en Catar se convirtió en la palestra para que sus ciudadanos protesten ante el planeta entero. No solo los jugadores se negaron a cantar el himno en su debut, desde las gradas algunos espectadores sacaron banderas persas para incomodar al régimen.
Sin embargo, tratándose de un régimen autoritario, este aprovecha cualquier oportunidad para buscar mejorar su imagen a nivel internacional. Quizás por eso las autoridades judiciales tomaron la decisión de liberar a 715 presos por la victoria de la selección frente a Gales (2-0). El jefe del Poder Judicial de Irán, Gholamhosein Mohseni Ejei, dijo que lo hacen para celebrar “la orgullosa victoria del equipo nacional de fútbol”.
La cifra no incluirá a aquellos tras las rejas por “atacar a personal de seguridad, quemar propiedades privadas o quemar el Corán”. Pero sí serán liberadas personas detenidas durante “los recientes eventos” del país, según EFE. Una clara referencia a quienes están participando en manifestaciones que no se veían desde 2019 cuando el país padeció el alza de precios en el combustible.
La irónica denuncia del régimen
El régimen iraní admite más de 300 muertes en protestas. Sin embargo, la policía sigue en las calles arremetiendo contra la ciudadanía. Un balance de IHR también informó que tan solo en una semana se reportaron 72 muertos.
Pero tanto el líder supremo Alí Jamenei, como el presidente Ebrahim Raisi desestiman los resultados de su represión y por el contrario rechazan colaborar con la ONU luego de que esta aprobara una comisión independiente para investigar las violaciones de libertades fundamentales. El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, aseveró irónicamente que es un “abuso” en contra de la independencia del país.
Mientras dice eso trascendió que Tomaj Salehi, un rapero de ese país, podría enfrentarse a la pena de muerte por “corrupción en la tierra” así como “propaganda contra el régimen, cooperación con estados hostiles, difusión de mentiras e incitación a la violencia”. Su delito fue protestar. Aunque ahora podría sumarse a las personas condenadas a la horca por pedir libertad.