Cuando se habla de guerra, no solo se incluyen los bombardeos, el número de víctimas, los daños a infraestructuras o las declaraciones de cada bando. Detrás de todo eso también existen complicidades que contribuyen el suministro de armas o también, al aumento de influencia internacional. La amistad entre Rusia e Irán, incluye especialmente esos dos últimos puntos.
A mediado de octubre, el régimen iraní negaba rotundamente el uso de sus drones por parte de Moscú en la guerra contra Ucrania. Lo aseveró a pesar de que el gobierno de Volodímir Zelenski informaba que había derribado varios, asegurando tener evidencia de su fabricación en Teherán.
Este 5 de noviembre, luego de esa y otras contradicciones, el ministro de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, admitió que en efecto han suministrado drones iraníes al gobierno de Vladímir Putin. Dijo que las relaciones entre ambos países se basan “en la vecindad y el beneficio mutuo”. Aún así, para disminuir las críticas, matizó sus declaraciones asegurando que fueron entregados “meses antes de la guerra”.
Agregó que si se confirma que Rusia usó drones iraníes en la guerra contra Ucrania, “no serán indiferentes a este tema”. Pero las palabras lucen estériles cuando el ejército de Putin sigue bombardeando, presuntamente con drones kamikaze de fabricación iraní a civiles y edificios ucranianos. Tal como dijo hace unos días Karim Sadjadpour, experto en Irán para el Fondo Carnegie para la Paz Internacional, “es una alianza por conveniencia entre dos dictaduras sitiadas”.
#Irán reconoce haber suministrado drones a Rusia antes de la guerra
El ministro de Exteriores iraní afirmó que su país era ajeno al uso de sus aparatos en Ucrania. Hasta ahora Teherán negaba la entrega de armamento a Rusia.
Moscú ha atacado Ucrania con #drones iraníes. /jpc pic.twitter.com/0Fuams25ox
— DW Español (@dw_espanol) November 5, 2022
El letal dron Arash-2
La inteligencia ucraniana continúa denunciando los frutos de la amistad entre dos de los modelos más autoritarios del hemisferio oriental. Según un nuevo informe, el Kremlin compró 200 nuevo drones iraníes. El lote incluye el dron kamikaze de más largo alcance fabricado en Teherán, llamado Arash-2.
La ruta para concretar la venta en barco va desde costas iraníes, pasando por el Mar Caspio, hasta llegar a puerto en la ciudad rusa de Astracán, según la Dirección Principal de Inteligencia (GUR, por sus siglas en ucraniano) del Ministerio de Defensa.
El modelo Arash-2 se exhibió por primera vez en el año 2019 y tiene el doble de tamaño en comparación con el Arash-1 (es decir, cuatro de metros para el nuevo modelo), según el portal Defense Express. Su alcance puede llegar a hasta los 1000 kilómetros, aunque algunas fuentes aseverar que cubrir los 1600 kilómetros de distancia. Casi lo suficiente para llegar a la frontera con Israel.
Una alianza global
La venta de drones iraníes para impulsar una interminable guerra confirmaría muchas denuncias en torno al eje de naciones VRIC (Venezuela, Rusia, Irán y China). Listas para reafirmar su fuerza multipolar, tal como lo vienen denunciando organizaciones independientes cuando estas analizan cada una de las acciones que por separado ejecutan Vladímir Putin, Xi Jinping y el resto de sus aliados.
A su vez, y para que la influencia crezca en el hemisferio occidental, han tendido durante años puentes con regímenes de izquierda, como los de Cuba, Nicaragua y posiblemente Brasil, dada la reciente elección del socialista Luiz Inácio Lula da Silva.
Mientras se expanden en este lado del hemisferio para contrarrestar a su principal enemigo, Estados Unidos, desde la propia Casa Blanca alertaron haces unas semanas que tropas iraníes en Crimea ayudan a Rusia a lanzar sus drones. «Irán ahora está implicado directamente sobre el terreno», dijo entonces el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby,