El presidente ruso, Vladímir Putin, ha pretendido mostrar una imagen triunfalista luego de los referendos en cuatro regiones ucranianas cuyos resultados finalmente le dieron la excusa para “anexarlas” como parte de Rusia. El mandatario celebró en televisión abierta unas votaciones que desde el inicio fueron catalogadas por la comunidad internacional como falsas y arbitrarias.
- Lea también: Putin se queda solo con su defensa de anexión de territorio ucraniano
- Lea también: Rusia canta victoria en referendos «falsos de principio a fin» en Ucrania
Y dado que Putin decidió liquidar su arremetida contra la soberanía ucraniana con dichos comicios tras casi ocho meses de guerra, la respuesta que ha recibido ha sido en los mismos términos. Menos de una semana después de conocerse los “resultados”, el ejército liderado por el presidente Volodímir Zelenski logró ingresar a varias ciudades de las regiones invadidas en la contraofensiva que hoy tiene al mundo expectante.
La derrota del ejército ruso en Limán, una ciudad ubicada en Donetsk, al sureste de Ucrania, fue el golpe más duro contra Putin este 2 de octubre. Esa reconquista significó que las tropas ucranianas ahora tienen la posibilidad de seguir recuperando terreno. Por ejemplo, quebrando la línea de defensa rusa en la localidad de Kreminna, en Lugansk, otra región invadida y anexada bajo un referendo falso.
Así está ocurriendo. El portavoz prorruso de Lugansk, Andréi Marochko, admitió este lunes que el ejército ucraniano logró avanzar casi dos kilómetros en Lugansk, según replicó la agencia EFE. Lo cierto es que las cosas no lucen bien para Moscú, a juzgar por los videos de las tropas ucranianas entrando a distintas zonas invadidas con su contraofensiva.
Ukrainian troops have entered Lyman pic.twitter.com/gmkcfULjp2
— Illia Ponomarenko🇺🇦 (@IAPonomarenko) October 1, 2022
La enérgica contraofensiva ucraniana
En consecuencia, una cosa es lo que quiere mostrar Putin al firmar la anexión de las cuatro regiones ucranianas, y otra lo que ocurre en el campo de batalla.
El portavoz del Grupo Oriental de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Serhiy Cherevaty, explicó que si vencen en Kreminna, “las Fuerzas Armadas de Ucrania irán a Svatove, Rubizhne y más adelante podrán desocupar la región de Lugansk”. Posteriormente estarán Severodonetsk y Lisichansk, de acuerdo con el medio ucraniano Pravda. Si se visualiza en un mapa, la ruta que describe el portavoz dibuja una línea que se adentra por completo en Lugansk hasta llegar al río Donets y que a su vez conecta con Járkov y Donetsk.
Estratégicamente, esto es fatal para Putin, quien además destituyó al máximo jefe del Distrito Militar Oeste. Desde 2018 Alexandr Zhuravlióv ocupaba ese cargo, incluso con condecoraciones. El título que recibió hace cuatro años fue el de “Héroe de Rusia”. Algo que evidentemente cambió.
Desde Kiev no se han ofrecido muchos detalles respecto a la contraofensiva ucraniana. Probablemente como estrategia de guerra. Pero no ha hecho falta. Rusia ha reconocido los avances. Igor Konashénkov, portavoz de Defensa ruso, expresó que el ejército ucraniano entró en Jérson, otra región anexada por Putin con su referendo ilegítimo.
Incitan a Putin a usar armas nucleares
No es para menos que ante el avance de los ucranianos, Putin reciba críticas internas por el desempeño de su ejército. Y es que además ninguno de sus aliados internacionales parece respaldarlo.
A las fuerzas rusas y a sus comandantes los han tildado de “mediocres” y de “falta de logística”. Ambas críticas vinieron de Ramzan Kadyrov, jefe de la región rusa de Chechenia. Su sugerencia y la del expresidente ruso, Dmitri Medvédev, según una reseña de Reuters, es recurrir a las armas nucleares.
“En mi opinión personal, deberían tomarse medidas más drásticas, hasta la declaración de la ley marcial en las zonas fronterizas y el uso de armas nucleares de bajo rendimiento”, escribió Kadyrov en Telegram.
Este es quizás el paso que más teme Occidente. Que Rusia detone armamento nuclear sería el punto de partida para expandir el conflicto. Por ahora Ucrania no forma parte de la OTAN y falta mucho tiempo y protocolos que cumplir para lograr su ingreso, aseguran expertos. Pero aún así, Zelenski tiene el apoyo armamentístico de Estados Unidos y otros aliados. Eso debe tomarse en cuenta, incluso sin que sea parte de la Alianza Atlántica.