Legitimar la ocupación de territorios ucranianos figura hoy como uno de los principales objetivos de Vladímir Putin. Es decir, mas allá de los ataques, los bombardeos y las arremetidas contra la población ucraniana, el mandatario quiere dejar por sentado su control. Para lograrlo, su plan es llevar a cabo referendos manipulados y controlados por sus funcionarios.
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Rusia prepara la anexión de zonas que le permitan establecer nuevas fronteras: el ya conocido del Donbás (conformado por las zonas de Donetsk, Lugansk), Zaporiyia (con la planta nuclear más grande de Europa) y Jersón. Si se toma en cuenta que el gobierno de Putin ya se apoderó de Crimea en 2014 bajo el mismo modus operandi, entonces se estaría hablando de una cuarta parte de Ucrania invadida y “legitimada” con votaciones.
Pero la imparcialidad de esas votaciones está descartada. Son territorios controlados por autoridades prorrusas, asediados por su ejército y desolados por la guerra. Se conjugan entonces factores que ayudarían a Moscú a concretar su objetivo planificado para el otoño europeo, antes de la contraofensiva planificada por Ucrania para expulsar a los rusos.
La “nueva fase” de la guerra
Tomar no solo “las repúblicas populares” de Donetsk y Lugansk, sino también la región de Jersón, Zaporiyia “y otra serie de territorios”, fue algo que admitió recientemente el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov. A sus palabras, les siguió en días posteriores un informe de la inteligencia británica donde advierte que la guerra en Ucrania está por entrar “en una nueva fase”.
Al respecto Reino Unido maneja dos hipótesis, replicadas por as.com, debido a “un importante aumento de las fuerzas rusas en el sur de Ucrania”: que los rusos estén preparando un nuevo asalto a Ucrania; o por el contrario, prevén una contraofensiva ucraniana y están gestionando su defensa. Sea una u otra, lo cierto es que los procesos para estos referendos se están poniendo en marcha dejando ver otra muestra del autoritarismo ruso.
- Zaporiyia: es noticia los últimos días porque su central nuclear está tomada por los rusos. Allí, por orden del jefe de la administración civil y militar en los territorios del sur, darán inicio a la organización de un referendo para la anexión de la región. 70 % de la región está invadida.
- Jersón: la idea de un referendo circuló en marzo, pero fue en junio cuando autoridades impuestas por Rusia anunciaron votaciones para otoño, convencidos de que “la población de la provincia votará a favor de su adhesión”.
- Lugansk y Donetsk: son analizadas en conjunto dado que ambas conforman el Donbás y fueron declaradas por Putin como “repúblicas” antes de que iniciara la invasión. El siguiente paso luego de declararlas “independientes”, son las elecciones «con votos fabricados», tal como lo denunció EE. UU. A mediados de julio Lugansk creó su propio comité para preparar la adhesión.
Temor al contraataque ucraniano
Rusia prepara la anexión de varios territorios sabiendo el enorme costo militar que eso implica, pero a cambio, le garantiza a Putin mayor poder y una declaración de fuerza frente a Occidente. No obstante, expertos desestiman que tenga el objetivo de apoderarse de toda Ucrania.
“Para eso, Rusia necesitaría en el terreno más de 300.000 soldados, más toda la logística y unos 135.000 soldados de reserva para refrescar las tropas”, fueron parte de las declaraciones de Fernando Cocho Pérez, analista de inteligencia, a La Política Online. Posiblemente, según el portal, lo que más inquieta a Moscú es la ofensiva que está preparando Ucrania para recuperar territorios. Todo apunta a que Putin está poniendo el pie en el acelerador antes de que Ucrania ataque.
Según un representante del gobierno de Volodímir Zelenski, en Jersón y Zaporiyia los invasores abrieron colegios electorales y el proceso de entrega de pasaportes rusos funciona activamente. Tan solo será cuestión de tiempo, con ambos bandos a la expectativa mientras Rusia prepara la anexión y Ucrania su nueva ofensiva.
Entre tanto, el gobierno ucraniano hizo hace pocas horas otra advertencia importante. Rusia “no puede reclutar el electorado que los ayudaría a simular el mismo referendo falso”. Por eso, recurren a la intimidación de personas y la creación de listas de votantes “falsas”.