La situación de Citgo Petroleum Corporation, el mayor activo de Venezuela en el exterior, podría dar un giro de 180 grados respecto a las restricciones que había impuesto Estados Unidos en 2019. En aquel entonces, las medidas incluyeron la suspensión de las importaciones del crudo venezolano al país norteamericano para presionar la salida del chavismo del poder.
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Ahora Citgo podría reanudar las importaciones de crudo venezolano si el gobierno de Joe Biden lo aprueba, dijo recientemente su director ejecutivo, Carlos Jordá, quien fue nombrado en julio de 2020 por Juan Guaidó, pero ahora muestra su disposición a importar el petróleo producido por la PDVSA bajo el control de Nicolás Maduro. “Para ser competitivos en este mercado tenemos que comprar el crudo más barato y conveniente”, declaró, según Reuters, en una conferencia en línea sobre los activos extranjeros de Venezuela. “No deberíamos estar en desventaja” frente a otras refinerías, agregó.
Si bien la filial de PDVSA en EE. UU. quedó en manos de Juan Guaidó cuando este inició su interinato en 2019 —devenido a menos en los últimos años— nombrando incluso una junta ad hoc para su supervisión, lo cierto es que el gobierno demócrata de Joe Biden viene haciendo concesiones económicas al chavismo en vista de su necesidad de petróleo. Desde marzo se dieron a conocer dos reuniones de comisiones enviadas por la Casa Blanca a Caracas que podrían estar enfocadas al alivio de sanciones.
Luego del primer encuentro, Washington autorizó a la italiana Eni y la española Repsol recibir barriles de petróleo venezolano. Como resultado, las exportaciones de PDVSA a manos de la dictadura subieron 61 % en junio.
¿Quién saldrá beneficiado?
Bajo la Administración de Donald Trump, Estados Unidos extendió en más de un par de oportunidades la protección a Citgo para evitar que acreedores se apoderaran de la filial de PDVSA, como consecuencia de que Nicolás Maduro la pusiera como garantía por la incapacidad de pagar deudas contraídas cuando el dictador Hugo Chávez aún vivía.
La última extensión estará vigente hasta enero de 2023 y cuenta con el respaldo de la Procuraduría Especial ante la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, en inglés). Guaidó sigue entonces figurando como la persona asignada para la supervisión del activo venezolano en lugar del chavismo.
En este sentido, el gobierno demócrata de Biden dice —en teoría— que continúa apoyando oficialmente al opositor venezolano como “presidente interino” de Venezuela. Pero en la práctica lanza guiños al régimen del país caribeño por la necesidad de petróleo debido a la contracción de la oferta producto de las sanciones impuestas por occidente a Rusia tras la invasión a Ucrania.
La gran duda es qué habría detrás de tal concesión a favor de Citgo —en caso de ser otorgada por Washington— y quién sería el beneficiario, ahora que la oposición venezolana ha flexibilizado su posición ante la dictadura. El propio Guaidó hablaba en abril pasado de levantar sanciones al régimen de Maduro a cambio de «un acuerdo integral» para llegar a una elección presidencial “libre y justa”.
Mientras llegan novedades sobre las eventuales importaciones de petróleo venezolano por parte de Citgo, desde Washington se siguen sumando señales de complacencia con Caracas.