La vorágine de acontecimientos internacionales hace que los eventos que ocurrieron hace menos de un año queden relegados en la memoria colectiva, y peor aún, en los planes de los gobiernos del mundo. Por ejemplo, a la tragedia que vivió Afganistán en agosto del año pasado con la toma del gobierno por parte de los talibanes tras la caótica retirada de tropas estadounidenses, ahora se suma un letal sismo que dejó más de 1000 muertos y más de 1500 heridos.
- Lea también: Terremoto en Afganistán deja al menos 1030 muertos y 1500 heridos
- Lea también: Los talibanes prohibirán que los afganos abandonen «sin motivo» Afganistán
Pero Afganistán ya no acapara titular y, por lo tanto, no está consiguiendo el mismo impacto mediático. Es decir, los ciudadanos afganos padecen desastres naturales, un régimen liderado por terroristas, pobreza y el olvido de quienes prometieron darles refugio.
Bajo esa última premisa están quienes esperaban mayor apoyo de la Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, luego de servirles cuando el ejército estadounidense aún pisaba suelo afgano. Es el caso de Zaker Hussain, anteriormente traductor, ahora residente en EE. UU., y quien ve cómo parte de su familia se quedó varada en ese país sin posibilidad de ser admitida por motivos humanitarios.
Su hermano, junto a su esposa e hijos, forman parte del 90 % de los casos rechazados para obtener la libertad condicional, un recurso que permite la entrada de inmigrantes sin visa. Las cifras obtenidas por CBS News indican que hasta el 2 de junio, de las 5000 solicitudes recibidas solo 297 fueron aprobadas por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS). El número lapida las esperanzas de los que aún se esconden de los talibanes en Afganistán.
Se cae el enfoque “humano” de Biden
Queda claro que EE. UU. se equivocó en la forma como ejecutó la retirada. Por todos lados hubo fallas. Así lo han señalado expertos. No se midió el nivel de amenaza antes de una rápida salida de las tropas, no se consideró el resguardo de instalaciones estadounidenses que iban a quedar en Afganistán y tampoco hubo un plan diplomático para al menos mantener activa la embajada. Las críticas terminaron de llover sobre Biden cuando se dio a conocer que sus generales más importantes le habían aconsejado una retirada más progresiva.
Pero ya el daño está hecho. Por ende, las consecuencias invalidan los argumentos de la Administración demócrata que llegó al poder jactándose de un enfoque más “humano” en políticas migratorias. Aquella promesa no ha salido bien por ningún lado. Ni por la frontera sur, permitiendo una cantidad inmanejable de cruces ilegales, ni dejando a su suerte a afganos en el país ahora controlado por los talibanes.
En el caso del hermano de Zaker Hussain, su solicitud fue rechazada en diciembre de 2021 y la sensación, según la describe, fue “como de una persona muerta, pero respirando”. La declaración jurada de Zaker indicaba que “los talibanes tienen acceso a los archivos [de su hermano] y a la antigua oficina en el palacio presidencial, donde Mohammad trabajó como pintor y arquitecto en la oficina del presidente”.
La respuesta fue que la “USCIS no encontró evidencia suficiente de la naturaleza mencionada anteriormente para establecer la elegibilidad para la libertad condicional”.
Otra tragedia
Tal rechazo resuena entre los veteranos de guerra, quienes remarcan que el Gobierno demócrata ha tenido casi un año para crear un sistema que permita la atención de familias de personas que sirvieron a EE. UU. en Afganistán.
Pero el año pasó y las condiciones para sus habitantes solo empeoran. Esta vez por el sismo que ocurrió hace pocos días en Afganistán y que afectó y destruyó viviendas, escuelas y hospitales, acentuando la necesidad de alimentos, agua potable, insumos médicos y otros artículos de primera necesidad.
Al respecto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reportó que de los miles de muertos al menos 121 son niños, mientras que la Media Luna Roja Afgana y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) se mueven con atención médica y socorristas. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) también anunció el envío de ayuda.
En este caso, son tragedias imposibles de prever. Sin embargo, lo que sí se pudo haber evitado es la angustia de afganos que hoy esperan un destello de apoyo en medio de brutales consecuencias tras la atropellada retirada de EE. UU.