La dictadura chavista quiere seguir implantando la falacia de que “Venezuela se arregló”. Un slogan que se ha tratado de viralizar en las redes sociales para que los venezolanos, y además los extranjeros, compren la idea de que el socialismo bolivariano está empezando a dar frutos, a pesar de seguir siendo el país con la inflación más alta del mundo y de la falta de oportunidades que ha llevado a más de seis millones de ciudadanos a emigrar.
- Lea también: ¿Qué hay detrás de la oleada de turistas rusos a Venezuela?
- Lea también: Uno de los iraníes retenidos en Argentina sería de la Guardia Revolucionaria islámica
Ahora hay conciertos de artistas nacionales e internacionales, bodegones atiborrados de productos importados y cada vez más hoteles lujosos para vacaciones soñadas. Pero eso solo lo puede costear un 5 % de la población. No el 94,5 % que está sumido en la pobreza, de acuerdo con las últimas cifras publicadas en la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi).
Para seguir con su falacia, maximizarla y difundirla con más ahínco internacionalmente, ahora el régimen chavista decidió llevar a 23 operadores turísticos e “influencers” iraníes para promover la industria turística venezolana. Estos llegaron a la isla de Margarita, según informó el ministro de Turismo, Alí Padrón.
Fue en esencia un anuncio programado para coincidir con la visita de Nicolás Maduro a Teherán. Sin embargo, no todo ha salido como en Miraflores esperaban, considerando el caso del avión retenido en Buenos Aires con tripulación iraní, presuntamente ligada al brazo paramilitar del ejército de la República Islámica presidida por Ebrahim Raisi.
Cumpliendo con el “Programa de Implementación en Cooperación Turística entre el MINTUR y el Ministerio de Patrimonio Cultural, Turismo y Artesanía de la República Islámica de Irán 2021-2023” hoy arriban a la isla de Margarita 23 turoperadores iraníes.
🇻🇪🇮🇷🇻🇪🇮🇷@NicolasMaduro pic.twitter.com/XkzDLoDPTe
— Alí Ernesto Padrón Paredes (@AliErnesto32) June 13, 2022
El espejismo de las redes sociales
Las campañas turísticas convencionales parecen haber quedado en el pasado. Ahora el megáfono está en las redes sociales y el chavismo lo sabe, pues le ha tocado adaptarse a las nuevas tendencias. Es por ello que la dictadura usa las plataformas digitales como medio de propaganda para mostrar las bondades del país. Que “Venezuela se arregló” y probablemente conseguir ingresos en dólares adicionales a los que puede reportar la venta de petróleo, evadiendo las sanciones estadounidenses impuestas como respuesta a la falta de democracia, las denuncias por vínculos con el narcotráfico y violaciones a los derechos humanos.
China es otro ejemplo de este modus operandi con influencers para proyectar una buena imagen del país y de las políticas de Xi Jinping. Precisamente, Lee y Oli Barret —dos ciudadanos británicos que en 2019 se mudaron a China— muestran las supuestas mieles de vivir en la nación asiática y hasta llegaron a criticar la visión de «medios occidentales» sobre lo que ocurre en Xinjiang, donde se reporta la existencia de millones de uigures en campos de tortura.
Algunos influencers venezolanos también fueron señalados el año pasado por supuestamente hacer propaganda a favor del chavismo. En sus videos en YouTube mostraban las maravillas naturales del país caribeño, que si bien abundan, eran promocionadas con precios en dólares similares a los costos en Estados Unidos, por ejemplo, como si cualquier venezolano pudiera costearse tales lujos con un salario mínimo de 23,7 dólares, según el tipo de cambio actual.
Turistas rusos e iraníes
Ahora le tocó el turno a los influencers iraníes en Venezuela, tal como había venido ocurriendo con los visitantes rusos como parte de una estrategia acordada entre Nicolás Maduro y su homólogo Vladímir Putin. La isla de Margarita, otrora “perla del Caribe”, padece un colapso de servicios básicos y una caída en picada del turismo, que según el chavismo, busca revivir.
Pero, ¿qué hay detrás de estas oleadas de turistas? ¿Forman parte de otro turbio acuerdo dentro la larga lista de complacencias de Nicolás Maduro con sus aliados autoritarios en el otro lado del mundo?
A la vista de todos está claro que el régimen solo busca seguir proyectando una imagen de aparente normalidad democrática, intentando mantener su fracasado proyecto socialista a lo interno pero coqueteando en el extranjero con el capitalismo del que necesita para sobrevivir.