Que Estados Unidos no invitara al dictador venezolano Nicolás Maduro ni a sus homólogos de Cuba y Nicaragua a la Cumbre de las Américas fue una decisión que la Administración demócrata tomó para hacer ver ante la opinión pública su supuesto rechazo a estos tres modelos autoritarios. Pero hay otra cara de la moneda en todo este asunto que tiene que ver con Juan Guaidó, en el pasado considerado presidente interino de Venezuela y hoy una figura que camina por la cuerda floja del reconocimiento internacional.
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Guaidó tampoco fue invitado a la Cumbre de las Américas y a partir de ahí detonan varios detalles para tener en consideración. Detrás de la decisión de EE. UU. hubo presiones de la izquierda latinoamericana y conveniencias de la propia Administración demócrata, que en marzo pasado envió una comitiva para hablar con Maduro sobre el petróleo venezolano tras el inicio de la guerra en Ucrania y el recorte del suministro de crudo ruso.
Como consuelo, el opositor solo recibió una llamada de 17 minutos, descrita por Associated Press como un posible “intento de control de daños” de parte de Biden. Durante ese contacto telefónico le reiteró a Guaidó “su apoyo a las negociaciones hacia una restauración pacífica de las instituciones democráticas, elecciones libres y justas” y otros tantos argumentos débiles, que tal como demuestra la historia venezolana en la última década, solo sirven para revalidar al régimen chavista.
Pero Jake Sullivan, el Consejero de Seguridad Nacional de EE. UU., descartó la posibilidad de retirar el respaldo a Juan Guaidó, asegurando que no invitarlo a la Cumbre de las Américas “fue una táctica para alentar las negociaciones entre Maduro y sus oponentes”.
Hoy #8junio conversé con el Presidente Joe Biden @POTUS, quien me ratificó su apoyo a la lucha de los venezolanos por recuperar la democracia y por lograr elecciones libres y justas. Agradezco su reconocimiento y respaldo al Gobierno Interino, y la causa de Venezuela. https://t.co/0EXtPOhG5M
— Juan Guaidó (@jguaido) June 9, 2022
La presión de la izquierda latinoamericana
Nicolás Maduro y los millones de barriles de petróleo que controla de las reservas venezolanas no fueron el único motivo de presión para que EE. UU. descartara la invitación a Juan Guaidó para la Cumbre de las Américas. El dictador tiene aliados en el resto de la región y quedó demostrado cuando presidentes izquierdistas como Alberto Fernández de Argentina, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de México o Gabriel Boric de Chile comenzaron a presionar incluso chantajeando con no asistir si no se invitaba a las dictaduras latinoamericanas.
Finalmente AMLO cumplió su amenaza. En su nombre envió al canciller Marcelo Ebrard bajo el argumento de que “no se invita a todos los países”. En este sentido, un funcionario de su gobierno aseguró a la agencia de noticias que otra exigencia hecha al Gobierno de Biden fue la de no invitar al opositor venezolano. Agregó que “otros países habían hecho lo mismo”. Parece que la táctica le funcionó parcialmente a México, aunque su presidente no asistió a la Cumbre en Los Ángeles.
Cualquier ápice de credibilidad que tenía Guaidó en el extranjero queda entonces en un espacio más negro que gris y totalmente difuso, considerando que la Unión Europea le quitó el reconocimiento el año pasado, al igual que lo hizo Panamá, República Dominicana, Alemania y otra decena de naciones. De 60 países que lo reconocían hasta hace un año, solo siete mantenían recientemente su reconocimiento al opositor como presidente interino. Pero contrario a lo que se pueda creer —de un líder que debería luchar por los derechos de los venezolanos— lo que hoy queda es una figura rodeada de sospechas de corrupción, múltiples renuncias de sus funcionarios y señalamientos por disputas internas.
"Of the almost 60 countries which at one stage accepted Mr Guaidó as president, all but seven have quietly dropped the designation from their official communiqués this year." https://t.co/zLGC95iJcY
— Geoff Ramsey (@GRamsey_LatAm) June 1, 2021
Chavismo y oposición se acercaron en los últimos días a un posible restablecimiento de las conversaciones en México. Por esas mismas horas la Administración Biden suavizaba algunas sanciones al régimen chavista con la excusa de fomentar de nuevo el diálogo.
Mientras EE. UU. busca convenios petroleros y el chavismo consigue reconocimiento internacional para mantener su dictadura, el gran perdedor parece ser nuevamente Juan Guaidó.