El 8 de enero de 2021 quedó para la historia como la primera vez que Twitter suspendía de su plataforma a un presidente. La compañía argumentó “riesgos de mayor incitación a la violencia”, convirtiéndose en una especie de juez digital que dejó sin voz al entonces mandatario de Estados Unidos, Donald Trump. Pero no fue solo el anuncio lo que generó polémica, sino todo lo que implicaba. Quienes no obedecieran el discurso aprobado por los dueños de estas compañías, serían silenciados.
Más de un año después del veto en Twitter contra Trump —y de otras redes como Facebook, Youtube e Instagram—, las circunstancias dieron un giro de 180 grados. El multimillonario fundador de Tesla y de SpaceX, Elon Musk, compró la plataforma del pájaro azul. Sin embargo, sea un mero negocio o no, Musk ha dicho que esta red social debería funcionar como una plaza pública donde exista libertad para expresar ideas sin ser juzgados. Su posición generó fuertes incomodidades entre organizaciones civiles de la moda “woke” y políticos demócratas.
Bajo esta premisa, el empresario anunció que al cerrarse la compra de Twitter, restablecería al expresidente su derecho a expresarse libremente.
“Los vetos permanentes deben ser extremadamente raros y reservarse para cuentas gestionadas por robots o que practican publicidad agresiva. Creo que el de Donald Trump no fue el tipo correcto de veto”.
Más allá de que el expresidente dijera días antes que no volvería a Twitter para concentrase en su nueva plataforma, Truth Social, lo cierto es que permitirle volver se convertiría en un hito contra las expectativas de un sector, por controlar lo que se dice y hace en internet.
El veto en Twitter contra Trump no fue el único
En marzo de este año la plataforma decidió suspender por 12 horas la cuenta del sitio web conservador The Babylon Bee por haber otorgado a Rachel Levine, subsecretaria de Salud de EE. UU., el título de “Hombre del año”. Después de todo, ese fue el género con el que nació.
El tuit de The Babylon Bee fue una respuesta a USA Today que la nombró como una de las “mujeres del año”. “Acabo de recibir el aviso de que nos bloquearon nuestra cuenta por ‘conducta de odio'”, anunció el director del portal Seth Dillon.
I just received this notice that we’ve been locked out of our account for “hateful conduct.” pic.twitter.com/udMriKcDr6
— Seth Dillon (@SethDillon) March 20, 2022
Otro episodio le ocurrió a Tucker Carlson, presentador de Fox News, con su cuenta suspendida temporalmente por recordar también que Levine es en realidad un hombre biológico. “Por primera vez en años podremos hablar honestamente sobre nuestros líderes”, dijo en su programa una vez que se dio a conocer que la oferta de Musk había sido aceptada.
En enero de 2021 la entonces junta directiva de Twitter bajo las órdenes de Jack Dorsey también decidió eliminar unas 70000 cuentas relacionadas con el movimiento QAnon “por compartir contenido dañino”. Este evento trazó una delgada línea entre lo que significaba la prudencia de permitir la divulgación de contenido sensible, y la intolerancia por un discurso diferente al de la línea progresista.
“Es casi impensable que no regrese a Twitter”
Por lo pronto y mientras se concretan cambios editoriales y el posible regreso de Donald Trump. Elon Musk, se reunió con un representante de la Unión Europea para conversar luego de que el organismo emitiera una regulación respecto a plataformas digitales por los mismos días que el fundador de Tesla anunció la compra de la plataforma.
Por su parte, un análisis interesante llegó de la mano de Emerson Brooking, miembro residente del Laboratorio de Investigación Forense Digital de Atlantic Council. “Si Donald Trump es el candidato presidencial por el Partido Republicano en 2024, es casi impensable que no regrese a Twitter en el momento en que tenga la oportunidad de hacerlo”.
Sea que se postule o no a la presidencia, el probable regreso del expresidente no solo significa volver a verlo “tuitear”, también abre la puerta para evitar que se repitan episodios de censura.