
¿Está uno de los hombres más poderosos del mundo pasando por una enfermedad incurable? Esa es la pregunta que se hacen muchos desde que comenzaron a surgir argumentos de que el presidente Vladímir Putin podría estar enfermo. Se ha hablado de cáncer, de Parkinson, pero dado el hermetismo del gobierno ruso, es difícil determinar a ciencia cierta de qué se trata.
Lo que sí es posible ver son ciertas señales de la dolencia que podría estar padeciendo Putin. Una de ellas ocurrió hace poco, el mismo día que anunciaba la toma arbitraria de la ciudad portuaria de Mariúpol, en Ucrania.
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Mientras hablaba con el general y ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, agarraba la mesa con su mano, y no la soltó en los 12 minutos que dura el video original. Si tal vez buscaba evitar cualquier espasmo o temblor producto del Parkinson, es algo que muchos continúan tratando de descifrar.
Putin is hailing Russia's "liberation" of Mariupol after his forces completely destroyed during a two-month siege.
He told defense minister Sergei Shoigu to block off the Azovstal metallurgical plant, where the last Ukrainian troops are holed up, "so that a fly can't get in." pic.twitter.com/g2lNd44qXF
— max seddon (@maxseddon) April 21, 2022
La ofensiva violenta que lanzó Putin hace casi dos meses dejó desconcertados a algunos integrantes de la Casa Blanca. No porque el presidente ruso sea incapaz de hacer algo así, sino porque la crueldad contra Ucrania llegó a niveles perturbadores. Su comportamiento volátil podría estar ligado a los esteroides “que toma para combatir la enfermedad muscular”, citó el medio británico The Sun a mediados de marzo a propósito de las declaraciones de un exfuncionario del servicio secreto británico.
Putin “poco saludable”
También se le vio hinchado y no paraba de mover la pierna. En el video queda constancia de eso. Erik Bucy, un experto en lenguaje corporal de la Texas Tech University, declaró a ese portal que un presidente físicamente capacitado “no necesitaría mantenerse apoyado con una mano extendida para hacer palanca y no estaría preocupado por mantener ambos pies plantados en el suelo”. Un argumento razonable.
Sin embargo, el Kremlin niega que Putin esté enfermo, una respuesta que se esperaba, considerando que figuras con esa magnitud de poder no admiten cuando están debilitados hasta que las señales se vuelven obvias. Los venezolanos lo saben. El fallecido dictador Hugo Chávez no anunció que padecía cáncer hasta que necesitó ausentarse para seguir su tratamiento en Cuba y a los pocos meses murió.
La pérdida de control, la psicosis, son síntomas muy comunes del Parkinson. Adicionalmente, otro indicio físico de algún tipo de enfermedad fue la hinchazón en su rostro, lo que “refuerza una apariencia poco saludable, especialmente en comparación con las fotografías y el video del estreno ruso de hace unos años”.
Sin una declaración oficial lo suficientemente consistente, a los simples mortales que observan los pronunciamientos de Putin no les queda otra que mirar con detenimiento, cuando el mandatario aparece en público, en busca de alguna pista que de luz sobre su estado de salud. O bien, buscar información como la del medio de investigación Proekt, que afirma que el jefe del Kremlin consultó con distintos especialistas en 35 ocasiones.
Sea cáncer, Parkinson o cualquier mal que podría estarlo afectando, explicaría por qué tiene tanta prisa en cumplir sus planes. Pero de nuevo, será difícil confirmarlo hasta que —en caso de ser cierto— los signos sean demasiado evidentes.