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Que Venezuela muestre actualmente una desaceleración de la debacle económica en comparación con años anteriores —de lo que por cierto solo se beneficia el 5 % de la población— no significa que en la política las cosas vayan por el mismo camino. No hay avances. El terreno político en Venezuela está prácticamente congelado con el chavismo y la oposición de Juan Guaidó tratando de mantenerse su status quo. Justamente el opositor que llegó a gozar del respaldo de más de 60 países hizo recientes declaraciones respecto a lo que para él sería la fórmula para que el país avance. En realidad, nada nuevo.
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Guaidó dijo que si la dictadura de Nicolás Maduro quiere lograr el levantamiento de las sanciones impuestas por Estados Unidos, tendrá que permitir «un acuerdo integral» para llegar a una elección presidencial «libre y justa». Ese proceso está previsto para el año 2024. Sin embargo, es largo el historial que refleja cómo una y otra vez la oposición venezolana ha terminado confiando en el chavismo sin ningún resultado favorable. Tan solo mayor poder y tiempo para el régimen. La evidencia está en el último diálogo en México donde se otorgaron concesiones como la desaparición del interinato al firmar el memorando de entendimiento en el que la representación de Guaidó aceptaba ser considerada únicamente como la Plataforma Unitaria de la oposición.
De manera que pedir al chavismo «un acuerdo integral» podría lucir más como la crónica de una muerte anunciada. De por sí, la imagen del líder opositor se encuentra duramente golpeada al no haber logrados los objetivos planteados que comenzaban con el prometido «cese de la usurpación». Y con este nuevo planteamiento la situación para Guaidó podría ir a peor, considerando que las elecciones en Venezuela vienen siendo amañadas por la estructura institucional del régimen que solo permite a los adversarios saborear algunas victorias simbólicas en las regiones mientras el poder central no se vea afectado.
«Aquí no vamos a normalizar la tragedia ni esperar pasivamente una fecha. Necesitamos organizar a todo el país democrático desde ya para exigir las elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas», escribió Guaidó posteriormente en Twitter.
Aquí no vamos a normalizar la tragedia ni esperar pasivamente una fecha. Necesitamos organizar a todo el país democrático desde ya para exigir las elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas.
¡Unidad, organización y movilización! #SalvemosVzla #RegionCentral pic.twitter.com/R0v7d2XakN
— Juan Guaidó (@jguaido) April 23, 2022
Oposición insiste con el levantamiento de sanciones
El antiguo Estatuto de Transición —lineamiento sobre el cual se regía la oposición— fijaba los pasos para llegar finalmente a unas elecciones “libres, transparentes y competitivas”. El primero era el «cese de la usurpación» chavista, pero esa ruta quedó atrás luego de su modificación en diciembre de 2020.
Esto lleva a que Guaidó hoy pida al chavismo la garantía de una elección presidencial «libre y justa» en Venezuela para que ocurra el levantamiento de sanciones. Es el mismo objetivo que se plantearon 25 venezolanos que se hacen llamar opositores al enviar recientemente una carta al presidente de EE. UU., Joe Biden, para que elimine las restricciones económicas. El peligro con la misiva es que apunta más a una cohabitación con la dictadura y mayor dependencia hacia el rentismo petrolero que a cambios políticos reales, según analistas.
Los venezolanos miraron atentos algunos atisbos de simpatía que parecieron darse cuando altos funcionarios estadounidense viajaron a Caracas en marzo pasado. Si bien se manejaron los rumores sobre una posible flexibilización de las sanciones —lo cual no se comprobó— lo que sí se reafirmó fue el debilitamiento de la figura de Guaidó. El Departamento de Estado tuvo que salir al paso diciendo que “no ha habido un cambio de rumbo en nuestro reconocimiento de Guaidó como presidente interino”. La reunión de emisarios de Biden con funcionarios de Maduro parecía decir lo contrario.
La prioridad de un nuevo liderazgo
Apelar a la voluntad del chavismo se volvió recurrente dentro de la oposición venezolana. Comenzó con las mesas de diálogo de 2002 y 2014 y prosiguió con las de 2017 y 2021. Si hablamos de las elecciones, el expediente se alarga todavía más. Ninguna logró cambios fundamentales.
En este sentido, han surgido voces que sugieren modificaciones profundas para evitar volver a caer en los mismo errores. «Todos los venezolanos merecemos un liderazgo digno, transparente y valiente, un liderazgo que sí enfrente a la tiranía y que saque a Maduro del poder”, declaró la dirigente opositora María Corina Machado, la voz más crítica al actual modelo de Juan Guaidó.
En su más reciente discurso, Guaidó asomó la posibilidad de unas primarias, pero dijo que se trataría de un proceso para el «fortalecimiento» y no de «un concurso de egos». Mientras tanto, sigue sin haber un camino claro o unificado para 2024, pero sí hay pedidos en cuanto a las sanciones que otorgarían legitimidad al régimen.
