La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, quiso preparar a la opinión pública para las cifras que un día después publicó la Oficina de Estadísticas Laborales. Frente a varios medios de comunicación dijo el lunes que los datos de la inflación serían “extraordinariamente elevados”. Y así fue. La tasa interanual de inflación en Estados Unidos se disparó a 8,5 % en marzo, la más alta en 41 años. La excusa de la administración demócrata recordó a la tan metada “guerra económica” con la que el chavismo en Venezuela ha intentado justificar el desastre de la otrora potencia petrolera. En Washington aseguran que se trata de un efecto de la guerra en Ucrania y responsabilizan directamente a Vladímir Putin. Pero esto es totalmente falso. La inflación se comenzó a disparar en Estados Unidos desde la llegada de Biden al poder.
Biden admin’s inflation at 40 year high!
(But they blame Putin) 🤡🌎 pic.twitter.com/7Gj85Rx633— Dr. Lynn Fynn (Fan Account) (@fynn_fan) April 12, 2022
El gobierno de Joe Biden busca ejecutar maniobras que al menos le permitan reducir los precios de la gasolina, uno de los indicadores más relevantes para determinar la inflación. Por ejemplo, liberando reservas de petróleo a inicios de abril o anunciando la venta en todo el país de gasolina mezclada con etanol. Para esto último necesita la autorización de la Agencia de Protección Ambiental, algo que va en contra de la agenda de energías limpias prometida.
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Es un cúmulo de factores que hoy provoca que los estadounidenses perciban que su poder de compra no es el mismo de antes. Interrupciones en la cadena de producción debido a la paralización por la pandemia, los cheques de estímulo, la demanda de los consumidores y el reciente coletazo económico producto de la guerra iniciada por Rusia son los elementos que hoy dificultan el desempeño económico de EE. UU. bajo el gobierno de Joe Biden.
En consecuencia, la popularidad del mandatario no para de bajar. Sobre todo porque desde su administración han vociferado que la inflación tiene como factor determinante la invasión rusa en Ucrania. De hecho, Psaki la llamó “la subida de precios de Putin”, pero lo cierto es que los indicadores están subiendo desde mucho antes. El ejemplo estuvo en los precios de varios ingrediente para la cena de Acción de Gracias en noviembre de 2021.
NOW – White House warns of "extraordinarily elevated" inflation data.pic.twitter.com/3ZDqpHFgoc
— Disclose.tv (@disclosetv) April 11, 2022
Inflación de marzo en EEUU ¿Antesala de una recesión?
El índice de energía (gasolina, electricidad, gas, entre otros) aumentó 32 % en los últimos 12 meses y el índice de alimentos subió 8,8 %, “el mayor aumento en 12 meses desde el período que terminó en mayo de 1981”, indicó el reporte de la Oficina de Estadísticas Laborales.
Si bien otros países del continente tienen cifras de inflación mucho más elevadas (como Argentina con 52,3 % interanual a febrero de 2022), lo que preocupa de EE. UU. es que se trata del país con la moneda de mayor uso mundial que se supone es la más estable. Al subir los precios de la energía, se genera un efecto dominó que termina encareciendo costos de transporte de productos y eso golpea el bolsillo de los consumidores.
Had to update the meme again… pic.twitter.com/pPYiaDeY16
— FEE (@feeonline) April 12, 2022
El contexto económico sumado a la inflación de marzo provocaron que economistas apunten a una probabilidad promedio de uno en cuatro de que se produzca una recesión en EE. UU. el próximo año, aumentando a 40 % en los próximos 24 meses, según Reuters.
Popularidad empañada
Bajo este escenario, la popularidad de Biden sigue empañada. La desaprobación a su gestión se ubicó en 52,2 %, de acuerdo con FiveThirtyEight, que considera las proyecciones de otras encuestadoras.
Algunas medidas como la liberación de 180 millones de barriles de crudo para los próximos seis meses han sido señaladas como decisiones tomadas más desde la conveniencia política que para el beneficio real de los bolsillos estadounidenses. Este año se celebrarán las elecciones de medio término que podría dejar a los demócratas sin mayoría en el Congreso, convirtiéndose en una especia de termómetro para las presidenciales de 2024.
Expertos estiman que la próxima medida de la Reserva Federal será la de aplicar dos aumentos consecutivos en las tasas de interés en mayo y junio para abordar la inflación, pero eso, tal como apuntó Breitbart “hará que los préstamos sean mucho más caros para los consumidores y las empresas”.
Por los momentos la economía estadounidense se mantiene estable, pero la inflación de marzo viene con la amenaza de una posible recesión que acecha en el plano político a la administración demócrata de cara a los venideros comicios de noviembre.