Resulta complicado hacerse a la idea de que dirigentes venezolanos que dijeron ser férreos opositores al modelo antidemocrático chavista, hoy guarden silencio frente a decisiones autoritarias que cercenan la libertad de expresión en otros países solo por intereses particulares con esos gobiernos. Es el caso de El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele ha propuesto una polémica ley que atenta contra el ejercicio del periodismo. Sin embargo, el asesoramiento que su administración recibió por parte de simpatizantes del partido venezolano Voluntad Popular le ha garantizado un silencio cómplice de quienes lideraron las protestas en el país sudamericano tras el cierre del canal RCTV hace 15 años.
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El mandatario salvadoreño anunció reformas al Código Penal en el marco de su elogiable lucha contra las pandillas, pero que en su afán por ganarle la guerra a estos grupos delincuenciales y presentar dicha victoria como el mayor logro de su gestión, se ha alejado los principios democráticos.
El combate a las pandillas causantes en un solo día de 62 homicidios, como ocurrió en marzo pasado, parecía una medida acertada para un país históricamente golpeado por la violencia, hasta que decidió monopolizar la información. Su intención es controlarlo todo. Y así se evidenció con este proyecto legislativo que busca imponer el discurso oficial en todos los niveles. Las restricciones, con sus respectivas penalizaciones, aplican tanto para los medios de comunicación como para los grafitis en las calles.
“Veremos, de nuevo, quiénes están a favor del pueblo y quiénes están con las pandillas”, fueron parte de las palabras de Bukele para justificar su absolutista medida que no acepta críticas, matices ni interpretaciones.
He enviado una iniciativa de ley a la Asamblea Legislativa para prohibir el grafiti ALUSIVO A LAS PANDILLAS.
En este momento está siendo discutido por los diputados.
Veremos, de nuevo, quiénes están a favor del pueblo y quiénes están con las pandillas.#GuerraContraPandillas
— Nayib Bukele (@nayibbukele) April 6, 2022
Esto llevó a que El Faro, medio opositor a Bukele, publicara un comunicado en le que manifiesta su preocupación. “Las reformas al Código Penal aprobadas esta semana por la Asamblea de Bukele son una mordaza a la libertad de prensa, la libertad de expresión y al derecho ciudadano a estar informado”, aseveró el medio.
Lo curioso de esto es que un grupo de venezolanos que protestó contra el cierre del emblemático canal Radio Caracas Televisión (RCTV) en 2007, defendió la libertad de prensa y posteriormente formó parte de las filas del partido Voluntad Popular (fundado en 2009 por Leopoldo López) haya sido el que acompañaron y posiblemente siga acompañando a Bukele en sus decisiones contrarias a lo que tanto se defendía en Venezuela.
Las reformas al Código Penal aprobadas esta semana por la Asamblea de Bukele son una mordaza a la libertad de prensa, la libertad de expresión y al derecho ciudadano a estar informado.
Hoy, en protesta contra esa ley mordaza, cerramos nuestra portada en https://t.co/wwgHDFaZhQ. pic.twitter.com/tHzc058NrO
— El Faro (@_elfaro_) April 7, 2022
Los 10 venezolanos en el círculo de poder
La información sobre los venezolanos que han trabajado para el gobierno de Nayib Bukele no es nueva. Mucho se habló de Lester Toledo el año pasado, el líder opositor exiliado y militante de Voluntad Popular, quien “es fundamental en la organización territorial y en el aparato de defensa del voto de Nuevas Ideas (el partido de Bukele)”, aseguró El Faro en marzo de 2021.
No es el único. De hecho, para junio de ese año se estimaba que al menos 10 venezolanos conformaban un círculo de poder en El Salvador a través de un supragabinete por encima de los ministros oficiales. Otros 20 que también estaban al servicio del Gobierno no vivían en El Salvador, pero hasta esa fecha solían permanecer en ese país “durante lapsos que van de días hasta meses”. Mención especial merece Sarah Hanna, la cabeza de las decisiones, quien en su juventud a favor de la democracia en Venezuela, trabajó como asistente de Leopoldo López y de su esposa, Lilian Tintori, reveló también El Faro.
Ella participó en la campaña presidencial de Bukele junto con Toledo, y es, en resumen, quien toma las decisiones solo por debajo del mandatario y de sus hermanos Ibrajim y Yusef. Para mediados del año pasado, una fuente ligada a los asesores venezolanos de Bukele declaraba lo siguiente: “Te lo resumo así, casi que por cada ministro tienen un venezolano detrás dando órdenes”. El organigrama quedó detallado en la nota del portal salvadoreño.
Toledo, en su condición de dirigente de Voluntad Popular, no ha salido a reprochar las reformas al Código Penal salvadoreño. En lugar de hacer un llamado de atención contra la medida de Bukele, figuras como Leopoldo López y Freddy Guevara se han limitado a celebrar en Twitter la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en respuesta a la invasión a Ucrania y las masacres de civiles en ciudades como Bucha y Mariúpol.
Justificado en el nazismo
Las dudas sobre la nueva ley de Bukele residen en cuál será el límite para no apresar a periodistas o cerrar medios de comunicación que informen sobre las pandillas. El mandatario justifica su decisión recordando el nazismo.
“Cuando los alemanes querían erradicar el nazismo, prohibieron por ley toda la simbología Nazi, así como los mensajes, apologías y todo lo que fuera dirigido a promocionar el nazismo. Nadie dijo nada, era entendible que fuera así”, expresó. Ahora, asegura que hará “eso con las pandillas”.
Para la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) se trata de una “mordaza”. “Amenaza con cárcel a los medios de comunicación y periodistas que reporten sobre una realidad que desde la actual administración (…) se busca esconder”. Las penas puede ir desde 10 a 15 años de prisión.
Ahora surge la duda razonable sobre qué tan demócratas son algunos cercanos y simpatizantes del partido político venezolano Voluntad Popular cuando asesoraron a Nayib Bukele, quien hoy repite las prácticas antidemocráticas del chavismo.
Cuando los alemanes querían erradicar el nazismo, prohibieron por ley toda la simbología Nazi, así como los mensajes, apologías y todo lo que fuera dirigido a promocionar el nazismo.
Nadie dijo nada, era entendible que fuera así.
Ahora nosotros haremos eso con las pandillas.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) April 6, 2022