Una gran duda que surgió desde que Rusia invadió Ucrania, hace casi tres semanas, es cómo el gobierno de Vladímir Putin viene gestionando sus órdenes militares, la estrategia de sus tropas y los siguientes pasos diplomáticos. Si realmente tiene “bajo control” la guerra, como había dicho días antes y, en general, qué está ocurriendo a puertas cerradas en el Kremlin.
Puede que las respuestas no sean alentadoras para Moscú. En cuanto a cifras de soldados fallecidos, las autoridades rusas solo han emitido un reporte. A inicios de marzo informaron que iban 498 muertos y 1597 heridos. Una enorme brecha en comparación con los 12000 que informó Kiev pocos días después y los 4000 que informó el Pentágono. Pero más allá de eso, no se conoce demasiado. Lo que han deducido expertos y funcionarios estadounidenses, es que las cosas no están saliendo bien para Putin. No ha logrado tomar Ucrania luego de este tiempo.
Esa lentitud y falta de resultados podría estar jugando en contra para los propios funcionarios de la inteligencia rusa. Por ejemplo, la orden de poner bajo arresto domiciliario a Sergei Beseda, jefe del “Quinto Servicio”, y su adjunto, Anatoly Bolyukh. Dicha instancia supervisa las comunicaciones con socios extranjeros del Servicio Federal de Seguridad (FSB), agencia de espías de élite de Rusia.
Ambos son víctimas de la frustración del mandatario. La razón es que el Quinto Servicio fue el responsable de proporcionarle información sobre los acontecimientos políticos en Ucrania en el período previo a la invasión. “Y después de semanas de guerra, ahora parece que Putin finalmente se dio cuenta de que estaba engañado”, difundió Meduza, un medio en idioma ruso con sede en Letonia, tras contactar a fuentes dentro de la inteligencia rusa.
El despotismo de Putin contra su gabinete
El mundo se asombró cuando vio la humillación a la que Vladímir Putin somete a los miembros de su gabinete. “¡Habla claro!”, le respondió al jefe del Servicio de Inteligencia, Serguéi Naryshkin, durante un Consejo de Seguridad cuando trataban el reconocimiento de los dos territorios separatistas prorrusos, Donetsk y Lugansk, antes de la invasión a Ucrania. Naryshkin quedó desprotegido y titubeando. Fue el hazmerreir en redes sociales.
No es extraño que otros miembros de su administración pasen por lo mismo. Beseda y su adjunto no solo están presos por proporcionar mala inteligencia, también por “el presunto mal uso de los fondos asignados para las operaciones”, agregó el medio. Rusia no ha admitido dichos arrestos, pero Vladimir Osechkin, un activista de derechos humanos ruso exiliado confirmó los arrestos, de acuerdo con The Times.
No es lo único que ha pasado dentro de esta purga interna ante un Putin desesperado por tomar el control de Kiev. El Quinto Servicio se ha convertido en “blanco de represiones” con despidos de varios altos mandos militares.
Quizás el presidente ruso no tenía motivos para dudar. En el caso de Beseda, este fue sancionado por la Unión Europea en 2014 por socavar la integridad territorial ucraniana durante la Revolución de Maidan. En el conjunto de manifestaciones para exigir la salida del presidente prorruso Victor Yanukovich, se estima que hubo unos 82 muertos, supuestamente a manos de francotiradores y en enfrentamientos contra la policía y otros civiles. Sin embargo, fueron tiempos pasados y el funcionario parece no haber sido tan eficiente para Putin con la invasión a Ucrania.
Muerte de militares y expulsión de espías
El desarme interno de la inteligencia rusa no solo la incita Putin con sus arrestos y despidos. También lo provoca el hecho de que varios oficiales militares de alto rango y miles de soldados rusos han muerto en combate.
Fue el caso del general de división Andrey Sukhovitsky, subcomandante del 41º Ejército de Armas Combinadas del Distrito Militar Central de Rusia. Habría muerto por disparos de “un francotirador” durante la primera semana de la invasión, según Daily Mail.
El mayor general Vitaly Gerasimov fue asesinado a tiros en Kharkiv menos de una semana después. Era primer vicecomandante de la misma división. “Los datos obtenidos también indican problemas importantes en la comunicación del ejército de ocupación (Rusia) y la evacuación de sus unidades”, dijo el Ministerio de Defensa de Ucrania.
A estas novedades las completa la reciente expulsión de tres diplomáticos rusos de Eslovaquia por espionaje, así como la detención de un coronel del Ejército, un miembro del Servicio de Información local y a un periodista por sus vínculos con el Kremlin que habrían sido sobornados por un diplomático ruso.
A los planes de Putin se le comienzan a ver aún más las costuras.