El gobierno ruso de Vladimir Putin decidió ignorar los límites soberanos, geográficos y diplomáticos del mundo libre. Y todo parece indicar que sus aspiraciones no se limitan a Ucrania. Durante el segundo día de la invasión surgieron amenazas contra Suecia y Finlandia. ¿La razón? La misma que usó Moscú como excusa para atacar al territorio ucraniano: la intención de estas naciones de adherirse a la OTAN.
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La advertencia salió de boca de la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova. Ella aseveró que la unificación a la Alianza Atlántica, “tendrían graves consecuencias militares y políticas que requerirían que nuestro país tome medidas recíprocas”, todo en el contexto de la eventual incorporación de Suecia y Finlandia.
La portavoz del ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakharova, dice que una entrada de Finlandia y Suecia a la OTAN puede tener “perjudiciales consecuencias políticas y militares” para ambas naciones.
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— Dori Toribio (@DoriToribio) February 25, 2022
Lo que asoma este desafío es algo que había adelantado la Casa Blanca hace algunas horas. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo estar “convencido” de que Rusia podría ir más allá en su intento por recuperar influencia en los países vecinos.
Putin no ha disimulado esto. Uno de sus fines es evitar la expansión de la OTAN porque eso supondría el crecimiento y consolidación de un bloque que podría hacerle frente a sus objetivos de tomar más territorios. De hecho, los países miembros han estado cercando sus fronteras para evitar un eventual ataque. De ahí la razón de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciara el envío de 7000 soldados a Alemania, sumándose a 6800 que ya hay en países del flanco este de la OTAN como Rumanía, Alemania o Polonia.
La invitación que molestó a Rusia
La amenaza contra Suecia y Finlandia se hizo pública porque el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, invitó a esos dos países a la reunión virtual de emergencia de este 25 de febrero. Participarían junto a 30 mandatarios aliados y los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del Consejo Europeo, Charles Michel.
El gesto estuvo lejos de conseguir halagos desde Moscú. Si ambas naciones se unen al bloque, este ampliaría su influencia en la península de Escandinavia hasta la frontera con Rusia. Además de la invitación, la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, dijo en una reunión parlamentaria previa que su país está listo para solicitar el ingreso a la OTAN si surge una amenaza a su seguridad nacional.
En todo este tema, vale destacar que en diciembre pasado, antes de que se desatara la lamentable guerra en Ucrania, la OTAN ya había frenado a Rusia. Stoltenberg explicó lo siguiente luego de reunirse con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski en Bruselas:
“No comprometeremos el derecho de Ucrania de elegir su propio camino. No vamos a comprometer el derecho de la OTAN de proteger y defender a todos los aliados”.
Desde 2008 existe una promesa de la Alianza Atlántica para adherir a Ucrania y a Georgia. La hizo aún con temores de Francia y Alemania. Pero nunca se concretó ya que son necesarios los votos de todos sus integrantes.
La Unión Europea (UE) también recordó a Rusia el principio de autonomía de los países. “Como decimos siempre, consideramos que todos los Estados miembros son libres de elegir su política exterior y su política de alianzas”, fueron las palabras del alto representante para la Política Exterior, Josep Borrell. Con la nueva amenaza rusa surge la preocupación de que la reciente historia ucraniana puede repetirse en otros territorios.