Los territorios separatistas Donetsk y Lugansk cobraron protagonismo en las últimas horas durante las crecientes tensiones entre Rusia y Ucrania. Ambos están ubicados al este de Kiev y se autoproclamaron independientes desde el año 2014, pero pese a ello viven en constantes tensiones.
Parece que no importa demasiado el acuerdo conocido como Protocolo de Minsk instaurado en 2015. El compromiso fue poner un alto al fuego en la región de Donbas tras la guerra que recrudeció con la anexión de Crimea. Aun así, las violaciones al convenio son constantes, y esta vez no es la excepción.
Las tensiones que atraviesan ahora ambas “provincias” —como las llama Ucrania— provocaron que los líderes prorrusos que las dirigen anunciaran una evacuación masiva de civiles a Rusia. “En primer lugar, las mujeres y los niños y las personas mayores deben ser evacuadas”, detalló Denis Pushilin, vicepresidente de Donetsk. En las calles se oyen sirenas para que los ciudadanos se pongan a salvo, según material divulgado en redes sociales.
🇺🇦🇷🇺 | TENSIÓN UCRANIA-RUSIA: Sirenas en Donetsk que alertan a sus ciudadanos de ponerse a salvo: pic.twitter.com/lFuNPVPcWU
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) February 18, 2022
El alto al fuego se rompió nuevamente hace poco. Los separatistas acusan a Kiev de comenzar los disparos, mientras que el Ministerio de Defensa de Ucrania afirmó que “formaciones militares de varias áreas de Donetsk y Lugansk controladas por Rusia llevaron a cabo más de 40 bombardeos de provocación contra posiciones de las Fuerzas Conjuntas e infraestructura civil”. Son acusaciones de parte y parte.
¿Qué tiene que ver esto en una hipotética invasión rusa? Porque las dos regiones separatistas se configuran como una puerta de entrada para Vladimir Putin al país vecino. Pero el mandatario se desliga de lo que está ocurriendo y acusa a Ucrania de “violar sistemáticamente los derechos humanos” y que a nivel legislativo “se fija la discriminación de la población rusohablante”.
¿Qué activó la alarma?
Puede parecer una situación lejana para Occidente, pero el conflicto en el este de Ucrania se ha cobrado alrededor de 14000 vidas en ocho años. Este lado del mundo puso la lupa a dicha zona nuevamente por la alerta que EE. UU. elevó desde hace semanas en conjunto con la OTAN, la cual ha merecido numerosos análisis. El Gobierno de Biden insiste con una “inminente” invasión y dispuso el envío de armas junto a países europeos.
Su homólogo ucraniano pidió no exagerar y aclaró que las tensiones con Moscú son constantes. No está equivocado y las pruebas estás en los nuevos bombardeos que entre muchos daños, también derribaron una guardería en Stanytsia Luhanska, en la región de Luhansk.
Un jardín de infantes bombardeado esta mañana por fuerzas "independentistas" en Stanytsia Luhanska, Ucrania, a 20 kilómetros de Luhansk. Foto de @AP. JUSTO ayer la Duma rusa le pidió al Presidente Putin que reconozca esas zonas como "independientes." Qué coincidencia! pic.twitter.com/ITa2RJXMk1
— Pierpaolo Barbieri (@pbarbieri) February 17, 2022
Un dato no menos interesante es que la Duma (la cámara baja del Parlamento de Rusia) pidió recientemente a Putin que reconozca a Donetsk y Lugansk como “Estados autónomos, soberanos e independientes”. Para EE. UU. hacerlo significaría una “violación a la soberanía de Ucrania” y prometió una respuesta para Moscú en caso de que llegara a suceder.
¿Jugada de Putin o exageración de Biden?
Todo el movimiento en las regiones prorrusas podría ser una jugada de Putin para finalmente entrar a Ucrania, lo que sin duda desencadenaría una guerra, Washington lo ha dejado claro. En paralelo el presidente ruso se reunió con su homólogo, bielorruso, Alexandr Lukashenko, para iniciar maniobras con misiles balísticos cerca de la frontera ucraniana.
Moscú continúa rechazando las acusaciones y dijo que estaba retirando parte de sus soldados de la frontera, donde según EE. UU. estarían más de 150.000 efectivos. Pero desde la Casa Blanca dicen que aún no comprueban indicios de la retirada.
Por su parte, el secretario de Estado, Antony Blinken, se presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU donde detalló los cuatro pasos que planea Putin para justificar la invasión a Ucrania. El primero, sería crear un “pretexto” que justifique su ataque. “Esto podría ser un hecho violento que Rusia atribuya a Ucrania”, indicó.
El contexto sigue siendo difuso. Nadie duda que Rusia busca ampliarse como potencia en muchos niveles. Pero también es cierto que la imagen de EE. UU. se viene opacando desde que Biden llegó con una política exterior más tibia, y las dudas recaen en que quizás Biden está buscando dejar atrás su imagen de debilidad.