¿Qué queda cuando un régimen totalitario silencia los medios de comunicación, las protestas y las voces disidentes? La respuesta no es difícil: el ingenio. Aunque el chavismo expropió, cerró y se apoderó de líneas editoriales de canales de televisión, emisoras y diarios desde que Hugo Chávez vivía, también comenzaron a surgir nuevas alternativas para evadir las represalias de la dictadura que se mantienen hoy con Nicolás Maduro.
El dictador de turno aplicó la misma censura, aunque de forma contemporánea gracias al control de la estatal CANTV. A los venezolanos se les dificulta el acceso desde internet a ciertos portales informativos, obligándolos a padecer dos escenarios: omitir la realidad para dedicarse a sobrevivir o incorporar ideológicamente lo que muestra el régimen desde su sistema de medios. Para empeorarlo todo, dichos canales chavistas promueven las detenciones arbitrarias por motivos políticos.
Pero no todo está perdido. Los memes, esas ilustraciones cómicas que muestran poco pero dicen mucho en redes sociales se perfilan como la sátira perfecta para desmantelar la línea narrativa chavista. El concurso “El Meme Cazamentiras” busca estimular a los venezolanos a pensar “fuera de la caja”. Una nueva forma de disidencia organizada por la iniciativa Cazamentiras, junto a Un Mundo Sin Mordaza, El Fake Post y La República Tv.
El fin es exponer las mentiras de la tiranía chavista a través de otro formato, usando cinco temáticas nada ajenas a Miraflores: corrupción, vacunas y pandemia del COVID-19, crisis alimentaria y los CLAP, elecciones y sanciones. Es así, como nació la versión 2.0 de los otrora semanarios El Morrocoy Azul o Fantoches.
Con un chasquido son capaces de destruir todo. pic.twitter.com/SEuuVjr7fA
— Cazamentiras (@Cazamentirasve) February 11, 2022
“El humor interpela al poder”
“El humor está casado con la política”, razona Ayrton Monsalve, coordinador de la iniciativa Cazamentiras, en entrevista con PanAm Post. La decisión de tal concurso que lleva la contraria a la retórica de la tiranía no es aislada. Años de historia demuestran cómo el ingenio se ha enfrentado a estos modelos políticos. Una especie de espejo que evidencia sus errores.
Cita la Teoría de la Superioridad, la cual plantea que cuando se hace humor surge la oportunidad para ubicarse por encima del poder. “Es en ese momento en el que reconoces que aunque exista alguien que te persigue, limita, hostiga y constantemente está cercenando tus derechos, tú subes a un estadio superior a través de la sátira”. La nueva propuesta es activismo creativo, tal como lo hicieron sus antecesores en papel.
“Por naturaleza el humor interpela al poder. Por eso es difícil ver humoristas oficialistas. Y muy probablemente, si en Venezuela llegase a ocurrir una transición a la democracia, quien ocupe ese poder va a tener en la acera del frente al humor”.
La última propaganda chavista
Es innegable que los totalitarismos sobreviven, en parte, a través de su aparato de propaganda. Es una forma de adoctrinamiento que les garantiza su permanencia. En este sentido, el chavismo lanzó hace poco una caricatura llamada “Súper Bigote”, retratando al dictador como un supuesto héroe que lucha contra el Gobierno estadounidense. Todo enmarcado en la fantasía socialista de que Washington es el culpable de sus fracasos.
“No es más que una manera de recordar constantemente que hay un supuesto enemigo externo y que forma parte de la narrativa comunicacional del Estado venezolano que es totalmente falsa”, agregó el vocero de la iniciativa de los memes.
Aquellos entusiastas por denunciar activa y políticamente a la dictadura pueden leer las condiciones del concurso “El Meme Cazamentiras”. No solo contribuirán a contrarrestar el monstruoso aparato propagandístico rojo, también podrían llevarse un nada desestimable premio. Que comiencen los memes.