
Son indispensables para fabricar vehículos, consolas de videojuegos, computadoras, celulares, equipos médicos y otros tantos aparatos electrónicos. Era poco —o casi nada— lo que se hablaba sobre los chips semiconductores hasta que comenzó la escasez en todo el mundo por diferentes factores, el más conocido: la pandemia. Ahora EE. UU. y países en Europa están tratando de solventar la grave falta de chips al punto que el propio presidente Joe Biden quiere aprobar un proyecto de ley para promover su fabricación.
Al mandatario no le conviene que la crisis se agrave, ya que traería consigo mayor escasez de aparatos electrónicos y vehículos, aumento de precios y largas filas de compradores. Su administración ya viene golpeada por la mayor inflación en 39 años y no puede permitirse otro desliz económico —como ocurrió con el exacerbado gasto fiscal en pandemia— justo cuando las encuestas evidencian que la desaprobación a su gestión es cada vez mayor.
La pérdida económica para EE. UU. por la escasez de chips semiconductores fue de 240.000 millones de dólares en 2021, según un reporte de CBS News. Mientras, algunos fabricantes tienen menos de cinco días de inventario, advirtió el Departamento de Comercio.
Impacto: la escasez de microchips hace que la economía de EEUU pierda u$s 240.000 millones https://t.co/byaO6cNy70 pic.twitter.com/AfCoG7tsq6
— iProUP (@iproup) January 29, 2022
Para tener idea del impacto, vale mencionar que Apple se preparaba en octubre pasado para recortar en 10 millones de unidades la fabricación de su último teléfono, el iPhone 13. General Motors Corporation (GM) tuvo que almacenar miles de sus vehículos sin terminar y, ante la escasez, los precios suben. Son solo dos ejemplos de rubros afectados.
La tormenta perfecta
Varios factores coincidieron para que detonara la crisis. En 2021 Taiwán quedó azotado por la peor sequía en 50 años y eso imposibilitó a Taiwán Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) producir suficientes chips. La empresa es hasta ahora el mayor fabricante mundial con 92 % de los chips más avanzados en superordenadores, iPhones y la IA de los automóviles, según Capital Economics. Al día utiliza 156.000 toneladas de agua en la producción. Es decir, alrededor de 80 piscinas olímpicas.
Los microchips permiten el funcionamiento de mucha de la tecnología de uso cotidiano e industrial. Pero el mundo enfrenta una grave escasez. ¿A qué se debe y cuáles son las repercusiones para el mundo? |@NTN24| pic.twitter.com/Sz0XfU7z4b
— Efecto Naím (@EfectoNaim) October 20, 2021
A esto se sumó la pandemia por el COVID-19 que provocó una recesión económica mundial y ralentizó las cadenas de suministros. Sin embargo, aumentó la demanda de equipos para trabajar desde los hogares y no se pudo satisfacer totalmente. Para hacerlo, se necesita de una inversión e infraestructura que llevaría entre tres y cinco años, explicó Agustín Domínguez Oviedo, director regional del Departamento de Computación de la Región Centro-Sur del Tec de Monterrey al portal de tecnología Conecta. Para el especialista se trató de una “tormenta perfecta de múltiples factores”.
En tercer lugar, China y EE. UU. mantienen tensiones económicas por sanciones impuestas en 2020 desde Washington contra el régimen de Pekín. Como consecuencia, al fabricante Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC) se le imposibilitó mantener negocios con empresas de EE. UU.
Las soluciones no son inmediatas
Hay algunas soluciones para la escasez de chips semiconductores, pero no se darán en el corto plazo. Por lo pronto, TSMC inició la construcción de plantas en Arizona y Japón, aunque no será hasta 2024 cuando puedan entrar en funcionamiento, según las estimaciones.
Hay otro problema mayor y es la tensión que existe entre EE. UU. y China porque este último quiere desde hace años anexarse Taiwán. “La escasez actual palidece en comparación con el impacto económico de lo que podría suceder si Estados Unidos perdiera el acceso a los chips en Taiwán”, dijo a Axios Will Hunt, analista de investigación del Centro de Seguridad y Tecnologías Emergentes de Georgetown.
Por lo tanto, el tema es más complejo de lo que se cree y EE. UU. no tiene todavía la capacidad para producir estas pequeñas pero valiosas piezas. Por eso Biden tiene urgencia en aprobar 90000 millones de dólares en investigación y fabricación de chips y en la cadena de suministros. Señaló EFE que el proyecto de ley incluye 52000 millones de dólares en incentivos a las compañías que construyan fábricas de semiconductores en suelo estadounidense.
Pero la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, aseveró a pesar de su inclinación demócrata, que los 52000 millones de dólares son solo una “gota en el océano” y que las empresas también tendrán que invertir enormes cantidades de su propio capital.
We aren’t even close to being out of the woods as it relates to the supply problems with semiconductors.
The semiconductor supply chain is very fragile, and it is going to remain that way until we can increase chip production.https://t.co/VyMD10AvNv
— Secretary Gina Raimondo (@SecRaimondo) January 25, 2022