Las personas contagiadas por COVID-19 en Estados Unidos solo deberán cumplir cinco días de cuarentena y no 10 en caso de ser asintomáticas, así lo anunciaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Es un cambio en las normas de bioseguridad que no había ocurrido desde que la pandemia se extendió por el mundo en 2020. Lo curioso, es que el anuncio se hace público cuando los casos de la variante omicron se multiplican a diario.
Luego de los cinco días de aislamiento, la recomendación para la persona contagiada es usar mascarilla en caso de salir al exterior y retomar sus actividades. Aplica para quienes estén vacunados o no. Las indicaciones también se ajustaron para aquellos considerados como contacto estrecho. En el caso de las personas que no están vacunadas o que no han recibido la vacuna de “refuerzo” —adicional a las dos dosis—, la indicación es hacer cuarentena de cinco días, seguida del uso de mascarilla por cinco días más. Todas las recomendaciones pueden leerse en el sitio web de la agencia.
El motivo de la actualización, es que según la agencia, la mayor probabilidad de la transmisión del virus ocurre “temprano en el curso de la enfermedad, generalmente en los 1-2 días antes de la aparición de los síntomas y 2-3 días después”.
Sin embargo, han surgido objeciones. Más que guiarse por un tema de salud, la agencia estatal podría apuntar a evitar un nuevo cierre de la economía. Algo que no le conviene a la Administración Biden.
¿Salud o conveniencia?
“No se trata de la mejor ciencia, es un compromiso para mantener la economía abierta frente a pruebas inadecuadas”, afirmó el excirujano general de EE. UU. —desde 2017 hasta 2020—, Jerome Adams.
Para evitar males mayores, Adams exhortó a las personas que dan positivo por COVID-19 a hacerse una prueba de antígeno y asegurarse de que den negativo antes de salir del aislamiento. “Amo a los CDC. Crecí con ganas de trabajar allí y he sido uno de sus defensores más fervientes. Nunca soñé que llegaría el día en que aconsejaría a la gente que NO siguiera su guía”, añadió.
I love the CDC. Grew up wanting to work there and have been one of their most ardent defenders.
I never dreamed the day would come when I would advise people NOT to follow their guidance. Breaks my ❤️
But ask any of them. They wouldn’t even follow it for their own family. https://t.co/qm1yD4U7pR
— Jerome Adams (@JeromeAdamsMD) December 28, 2021
Mantener el aislamiento por 10 días podría llevar a EE. UU. a otro cierre que no conviene al Gobierno demócrata. Los indicadores de compras minoristas demostraron cómo la inflación y el desabastecimiento hicieron de las suyas en los bolsillos de los estadounidenses. No es aislado. La Reserva Federal admitió que se trata de una inflación “generalizada”.
Megan Ranney, decana asociada de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown, es otra especialista que confirmó la relación entre la pandemia y los índices económicos. “Nuestra economía se va a cerrar si todos tienen que aislarse durante 10 días”. Aunque para ella, “la ciencia respalda la medida, al menos parcialmente”.
Omicron vs. los bolsillos de EEUU
La variante omicron representó hasta el 21 de diciembre más del 73 % de los contagios en EE. UU. Según datos de la Universidad Johns Hopkins publicados por CNN, en los últimos siete días se registró una media de 237.061 casos nuevos, replicó EFE. Eso representó 66 % de aumento con respecto a la semana anterior.
Esto da una idea de la rapidez de contagios por la variante omicron, aunque según los estudios, los síntomas no son graves y solo se ha registrado una muerte. Aún así, las autoridades miran con atención el avance del virus.
Ciertamente, mantener las mismas medidas de aislamiento tras casi dos años de pandemia podría jugar en contra de la Casa Blanca. Al no poder ir a sus lugares de trabajo, los afectados serían no solo las empresas y locales, también la cadena de suministros, uno de los factores responsables de que en noviembre la inflación en EE. UU. alcanzara un récord tras 39 años. Mientras tanto, el omicron sigue avanzando.