El capítulo que culminó el pasado 31 de agosto entre Estados Unidos y Afganistán originó otra serie de daños colaterales que hoy ponen en riesgo a los demás países. No solo por los lazos que China está forjando con los talibanes, sino por el fortalecimiento de grupos terroristas como Al Qaeda Y el Estado Islámico de Khorasán (ISIS-K) y el poco tiempo que les llevaría ejecutar un ataque internacional.
Según Colin H. Kahl, subsecretario de Defensa para la Política, ISIS-K podría desarrollar una capacidad de ataque “entre seis o 12 meses” de acuerdo con evaluaciones actuales del Comité de Inteligencia de Estados Unidos. Respecto a Al Qaeda, le llevaría uno o dos años. “Tenemos que permanecer atentos a esa posibilidad”, advirtió ante el Comité de Servicios Armados del Senado, indicó Washington Examiner.
Su planteamiento tiene fundamentos. El Estado Islámico de Khorasán —filial de ISIS en Afganistán— se atribuyó el triple atentado en el aeropuerto de Kabul, cuando miles de afganos intentaban huir tras la toma de la ciudad a manos del movimiento talibán. La célula asegura ser enemiga de los extremistas afganos. Sin embargo, un artículo de la BBC mencionó otra marcada diferencia. En contraste con los talibanes, cuyo interés se limita a Afganistán, “ISIS-K es parte de la red global del EI que busca llevar a cabo ataques contra objetivos occidentales, internacionales y humanitarios donde sea que puedan alcanzarlos”.
Lo que dijo el general Milley
Colin H. Kahl no es el único funcionario que ha hecho revelaciones luego de la caótica retirada del ejército de EE. UU. del país asiático. Él se suma al general de la Infantería de Marina y jefe del Comando Central (CENTCOM), Frank McKenzie; y su colega, el general y presidente del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley. Tanto McKenzie como Milley declararon en septiembre ante el Senado haber aconsejado al presidente Joe Biden de mantener un contingente militar en Afganistán. Sin embargo, las sugerencias parecen no haber sido escuchadas.
El general Mark Milley también hizo la misma advertencia sobre posibles ataques de los grupos terroristas. “Es una posibilidad real que en un futuro no muy lejano. En 6, 23, 28, 24 o 36 meses, se reconstituyan Al Qaeda o ISIS”, aseveró.
Por ahora hay pocas posibilidades de que EE. UU. sufra un nuevo ataque similar al del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas, aseguró el funcionario del Departamento de Defensa. Sus palabras coinciden con el análisis de especialistas. Joseph Humire, experto en seguridad global y director ejecutivo del Centro de Estudios para una Sociedad Libre y Segura (SFS, en inglés), declaró algo similar a PanAm Post el mismo día que los talibanes tomaron Afganistán:
«La principal amenaza que el talibán tiene es en su terreno, contra los afganos, quienes son los que sufren. Y el 11S no era solamente una amenaza afgana. Irán también estaba involucrado. Fue una operación muy grande. Esto es difícil de repetir. Lo que sí veremos es un resurgimiento de Al Qaeda».
Todavía hay estadounidenses en Afganistán
Las consecuencias que arrastró la retirada no quedan allí. La administración demócrata ha revelado cifras confusas de los estadounidenses que siguen en suelo afgano. Si lo vemos como una línea de tiempo, comenzaríamos en agosto cuando Biden hablaba de unos 100 a 200 ciudadanos norteamericanos ” con alguna intención de irse”.
El secretario de Estado, Antony Blinken, también dijo lo mismo días después. “Creemos que todavía hay una pequeña cantidad de estadounidenses, menos de 200 y probablemente más cerca de 100, que permanecen en Afganistán y quieren irse”.
No obstante a mediados de octubre, el Departamento de Estado admitió estar en contacto con 363 ciudadanos estadounidenses en Afganistán, incluidos 176 estadounidenses que quieren salir del país. Es decir, más de los que contabilizaron el mes anterior.
Finalmente Colin H. Kahl mencionó otras cifras en su reciente testimonio al Senado. El Departamento de Estado estaría con 196 ciudadanos estadounidenses que están listos para partir, y se están haciendo arreglos para que lo hagan, ya sea por aire o por tierra. Otros 243 ciudadanos estadounidenses han sido contactados y no están listos para irse por otras razones.