Un grupo de fuerzas especiales estadounidenses de infantes de marina han llegado a Taiwán durante al menos un año, dada las acciones cada vez más amenazantes de China. El objetivo es entrenar a los militares taiwaneses en caso de un ataque frontal por parte del régimen de Xi Jinping.
Para el comunismo chino, apoderarse de Taiwán no solo sería una victoria en términos territoriales. También podría significar la ampliación de su autoritarismo geopolítico en la región Indo-Pacífico. Zona comercial y económicamente «estratégica» para el mundo. Por ahí pasa 60 % del comercio internacional por mar, y circula una tercera parte del tráfico marítimo mundial.
La china comunista no escatima en amenazas. Llama a Taiwán “provincia rebelde” y activa ejercicios militares alrededor de la isla. Por eso se encendieron las alarmas hace pocos días. La incursión de unos 150 aviones en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa evidenció que las acciones de China están recrudeciendo. Por su parte, Estados Unidos es ficha clave para evitar el conflicto.
Serían dos docenas de miembros de las tropas de operaciones especiales y de apoyo estadounidenses las que estarían entrenando a pequeñas unidades de las fuerzas terrestres en Taiwán, revelaron dos funcionarios a The Wall Street Journal. El medio asoma que el gesto “es una señal de preocupación dentro del Pentágono sobre las capacidades tácticas de Taiwán a la luz de los años de desarrollo militar de Pekín y los recientes movimientos amenazadores contra la isla”.
Xi Jinping se ha armado militarmente los últimos años y no lo oculta. El Pentágono detalló que China tiene ahora alrededor de 100 veces más personal de fuerza terrestre que Taiwán y un presupuesto militar 25 veces mayor.
El apoyo millonario de EEUU
En los últimos dos meses, la política exterior de Joe Biden quedó en jaque tras la invasión de los talibanes a Afganistán. Estados Unidos perdió ese terreno por una retirada apresurada y sin imponer condiciones a los terroristas. Por lo tanto, es de esperar que el demócrata mantenga las tropas estadounidenses de entrenamiento en Taiwán. Perder también ese aliado sería un costo demasiado alto.
En 2019, bajo la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos vendió a Taiwán 2200 millones de dólares en armas, incluidos tanques y misiles. En 2020 se anunció la venta de 100 sistemas de defensa marítima Harpoon y 400 misiles de este tipo por 2370 millones de dólares. Apoyar a Taipéi es un as que EE. UU. sacó bajo la manga cuando rompió relaciones con la isla en 1979 para reconocer a la China comunista. Puede que los lazos diplomáticos no sean formales, pero el apoyo estratégico se mantiene.
Sin embargo, no todo es tan sencillo. Taiwán debe aumentar su propio sistema de defensa. El medio estadounidense que reveló la presencia de las tropas en la isla añadió que funcionarios actuales y anteriores creen que ese país debe comenzar a invertir de manera más inteligente. Dejar de comprar equipos costosos que se destruirán en las primeras horas de un conflicto y adquirir sistemas más baratos pero letales como “misiles antibuque, minas marinas inteligentes y fuerzas auxiliares y de reserva bien entrenadas”, explicó Matt Pottinger, miembro del Instituto Hoover de la Universidad de Stanford.
Biden debe ser cuidadoso
Moverse con cautela será imprescindible para el mandatario estadounidense porque las relaciones con China son bastante tensas. Antes de que termine el año, Biden y Xi Jinping podrían sostener una reunión virtual para supuestamente garantizar la estabilidad entre ambas naciones.
La presidente taiwanesa, Tsai Ing Wen, aclaró que “no busca la confrontación militar”, pero “hará lo que sea necesario para defender la libertad y forma de vida democrática”. Un discurso en consonancia con su ministerio de Defensa. El 64 % del presupuesto anual de su cartera será destinado a repeler un eventual ataque del gigante asiático.
Desde la Secretaría de Estado de EE. UU., Antony Blinken, exigió a China cesar las provocaciones. Días antes, Biden había dicho que habló con su homólogo chino y que ambos acordaron respetar el acuerdo existente sobre la isla. Sin embargo, el ministro de Defensa de Taiwán, Chiu Kuo-cheng, alertó que China podría invadir su territorio para el año 2025.
Son momentos tensos, sin duda. Ninguna de las partes ha cruzado las líneas rojas, pero depende de la diplomacia —sobre todo la estadounidense— para calmar las aguas.