
Los demócratas siguen teniendo diferencias en cuanto al presupuesto que Estados Unidos necesita para el próximo año fiscal. Sin los 50 votos del partido en el Senado, no es posible que prospere el plan de 3,5 billones de dólares, el cual también incluye objetivos para los próximos 10 años.
La tensión es evidente y Bernie Sander es uno de los legisladores que menos la oculta. Él culpó a Joe Manchin y Kyrsten Sinema, dos colegas de su partido, por oponerse al enorme paquete de gastos y proponer uno mucho menor de 1,5 billones de dólares. “Dos personas no tienen derecho a sabotear lo que quieren 48, y lo que quiere el presidente de los Estados Unidos”, dijo ofuscado en rueda de prensa.
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Pero vale la pena repasar los argumentos de ambos demócratas moderados para entender por qué su postura. Manchin no solo llamó al plan una “locura fiscal”, también dijo que el aumento de impuestos a las corporaciones de 21 % a 26,5 % va demasiado lejos, por lo que debería ser de una tasa máxima de 25 %.
Entre sus muchos planteamientos, propone que el Estado haga pruebas para que nuevos programas gubernamentales se apliquen solo a quienes realmente lo necesiten. Por ejemplo, educación preescolar y universidad comunitaria gratuitas. Son exigencias que los progresistas se niegan a examinar en su paquete de gastos.
La rueda de prensa de Sanders fue en respuesta a las palabras que Joe Manchin dijo a los medios horas antes. “Nunca he sido un liberal de ninguna manera o forma. Así que si los progresistas quieren un proyecto de ley de reconciliación más grande, que elijan más liberales”.
Sen. Joe Manchin (D-WV): "I've never been a liberal in any way, shape, or form," so if progressives want a bigger reconciliation bill, "elect more liberals." pic.twitter.com/Xkf7NLRMtp
— The Recount (@therecount) September 30, 2021
El obstáculo de los progresistas
Desde el ala más izquierdista del Partido Demócrata están ejerciendo más presión. “El escuadrón”, del que forma parte Alexandria Ocasio-Cortez, anunció que rechazará el paquete de infraestructura bipartidista de 1,2 billones si el plan presupuestario de 3,5 billones no está aún aprobado. Apuesta a que ambos estén vinculados para que el paquete de gastos más grande reciba el visto bueno. Es decir, puso una piedra de tranca que sigue dando dolores de cabeza a Biden. La presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, canceló una votación sobre el plan de infraestructura dadas las aseveraciones de los progresistas.
De nuevo, los demócratas tienen apenas una leve ventaja en el Senado de 50 votos más uno de desempate en manos de la vicepresidente Kamala Harris. En la Cámara de Representantes tienen 220 frente a 212 de los republicanos. Cualquier voto menos frustraría los planes del resto del partido. Hace tres días Biden dijo lo que es un secreto a voces: “todo el mundo está frustrado”. Dijo que está trabajando para llegar a un consenso, pero no fijó fecha límite. Lo cierto es que dentro de las paredes del Congreso parece seguir reinando la incertidumbre.
Acoso a legisladora en la Universidad de Arizona
Un incidente ocurrió hace pocos días contra la senadora Kyrsten Sinema. Unos supuestos activistas la acosaron en la Universidad Estatal de Arizona y la siguieron hasta uno de los baños. Todo quedó grabado y difundido en redes sociales.
Bernie Sanders, en su molestia por la oposición que ha hecho la legisladora al paquete de gastos, evitó sumarse a una carta junto a otros demócratas que rechazaron el episodio. El portal Axios reveló capturas de los correo del equipo de prensa de Sanders haciendo el reclamo. “Sanders no firmará, así que por favor elimine ‘Equipo de Liderazgo Democrático del Senado’ del encabezado”.
El tiempo es limitado. Ambas cámaras no solo deben aprobar ambos planes. También deben dar luz verde para el límite de la deuda y así evitar que EE. UU. entre en suspensión de pagos. Los ciudadanos sabrán a corto plazo qué tanta fortaleza interna hay en el partido del presidente Joe Biden.