Más de un millón de dólares y decenas de vidas de cachorros se perdieron por experimentos avalados por Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID, en inglés). Los detalles son tristes y aún más perturbadores, cuando se toma en cuenta que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) calificó los experimentos como “innecesarios”.
Las “investigaciones” financiadas por el NIAID incluyeron alimentación forzada o la inyección de un fármaco experimental a 44 cachorros beagle de entre 6 y 8 meses de edad, de acuerdo con documentos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) obtenidos por White Coat Waste Project (WCW). La organización supervisa el uso del dinero de los contribuyentes en tipo de pruebas. En total, se gastaron unos 1,68 millones de dólares, añadió una nota de Daily Caller.
El escrutinio hacia el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU. (NIAID, en inglés), ha estado en su punto más álgido los últimos meses. Sobre todo por las teorías alrededor del origen del coronavirus. Fauci aseguraba al inicio de la pandemia que el virus surgió de forma natural. Año y medio después dijo no estar seguro. Luego, salieron a la luz documentos de 2012 donde defiende la investigación llamada «ganancia de función» que involucra animales tomando un virus que podría infectar a los humanos para hacerlo más transmisible y / o patógeno. Además, el Senado investiga una subvención de 600.000 dólares de parte del NIAID para el Instituto de Virología de Wuhan, en China señalado como posible lugar de origen del virus.
Por lo tanto, no es de extrañar este nuevo hallazgo que involucra cachorros de menos de un año, de una raza lamentablemente muy utilizada en experimentos de laboratorios.
💥BREAKING: WCW just exposed a FOURTH #beagle experiment funded by #Fauci’s NIH department… $1.68M to poison & DE-BARK lab beagles! ✂️🐶✂️ #BeagleGate https://t.co/FYdUSAOyxk
— White Coat Waste Project🥼🗑️ (@WhiteCoatWaste) October 5, 2021
Experimentos en animales no funcionan
La excusa para llevar adelante las pruebas entre octubre de 2018 y febrero de 2019 fue la de “proporcionar datos de calidad e integridad adecuados” para respaldar a la FDA y otras agencias reguladoras. Sin embargo, luego que se dieran a conocer informes previos sobre experimentación animal, la FDA dijo que “no exige que los medicamentos humanos se estudien en perros”.
Los experimentos en animales son “ineficientes, derrochadoras y rara vez mejoran la salud humana”, asegura la organización WCW en su página web. No solo eso, el grupo añade que los NIH continúan dedicando el “47 % de su presupuesto de 32000 millones de dólares cada año a experimentos con animales que han demostrado ser un fracaso”.
“Los NIH, la FDA y otras agencias informan que más del 90% de los medicamentos que pasan las pruebas con animales fallan en los ensayos en humanos porque no funcionan o son peligrosos”.
El Congreso exige respuestas
Esta aberrante situación no ha pasado bajo la mesa. Congresistas republicanos de la Cámara de Representantes en Estados Unidos enviaron una carta a Fauci en agosto pasado para que dé respuestas sobre si los experimentos en cachorros aún están en curso, el número de perros que han sido asesinados, las personas que autorizaron las pruebas, el porqué se están realizando y la cantidad de dinero que se ha gastado en ellos hasta la fecha, indicó otra nota de Daily Caller.
Las legisladores nombraron puntualmente un medicamento experimental suministrado a beagles luego de infectarlos con una mosca portadora de enfermedades. Posteriormente fueron sacrificados. Científicos citados por ese portal, al igual que la FDA, aseguran que las pruebas son “innecesarias”, ya que el fármaco experimental en cuestión ya ha sido probado exhaustivamente y se ha demostrado que es seguro y eficaz.
Entonces, ¿por qué continúan estas prácticas usando el dinero de los estadounidenses? Son preguntas que Fauci debe responder. Al igual que su posible conocimiento sobre los experimentos de Wuhan. Lo cierto es que la confianza alrededor del director del NIAID parece desvanecerse cada vez con mayor velocidad.