Una marcha en la chilena ciudad de Iquique, al norte del país, comenzó el sábado con el propósito de pronunciarse contra los migrantes ilegales y terminó en violencia. Varios manifestantes llegaron hasta un campamento en Las Rosas con Avenida Luis Emilio Recabarren y quemaron numerosas pertenencias. El acto de violencia de inmediato recibió el repudio de organizaciones internacionales por los métodos poco humanitarios empleados para manifestarse. La noche anterior, un campamento en la Plaza Brasil con un centenar de personas fue sido desalojado por Carabineros, entre estos habían alrededor de 20 niños según el cuerpo policial.
Los migrantes venezolanos siguen ingresando ilegalmente a Chile debido a la crisis económica, política y social creada por Hugo Chávez y agudizada por Nicolás Maduro. Entran por Colchane, una comunidad fronteriza con Bolivia. Luego, buscan llegar a Iquique, a unos 250 kilómetros de distancia, atravesando el desierto de Atacama, considerado el más seco del planeta.
Este drama humano no es nuevo y la comunidad internacional lo sabe. Desde 2015 arreció el éxodo venezolano que parece no detenerse. La Organización de Estados Americanos (OEA) advirtió recientemente que la migración venezolana puede superar en 2022 a la de Siria. Viendo este escenario, se vuelve aún más preocupante lo ocurrido en Iquique por sentar un mal precedente. La Unicef manifestó su preocupación por los niños y adolescentes habitantes del improvisado campamento.
Se calcula que en esa ciudad costera de Chile hay alrededor de 3500 migrantes, según información aportada por vecinos, reseñada por la agencia EFE. Para la Organización de Naciones Unidas (ONU), el ataque es una “inadmisible humillación”. “El discurso xenófobo, asimilando migración a delincuencia, que por desgracia se ha ido volviendo cada vez más frecuente en Chile, alimenta esta clase de barbarismo”, aseguró el relator del organismo, Felipe González.
🔴DECLARACIÓN
UNICEF manifiesta su preocupación por la situación que están viviendo niños, niñas y adolescentes inmigrantes en Iquique y pide al Estado garantizar y proteger sus derechos, cumpliendo de esta manera con los tratados internacionales suscritos por el país.
— UNICEF Chile (@UnicefChile) September 25, 2021
Inadmisible humillación contra migrantes especialmente vulnerables, afectándolos en lo más personal. El discurso xenófobo, asimilando migración a delincuencia, que por desgracia se ha ido volviendo cada vez más frecuente en Chile, alimenta esta clase de barbarismo. https://t.co/WwCRGIbFxu
— Felipe González Morales (@fglezmor) September 25, 2021
Quemaron carpas, colchones y juguetes
Human Rights Watch (HRW) también rechazó la violencia. Su director para las Américas, José Miguel Vivanco, calificó de “triste espectáculo” lo ocurrido. “Las autoridades tienen la obligación jurídica de proteger a los inmigrantes (incluyendo los indocumentados) de todo tipo de violencia y frenar con energía la xenofobia”, escribió.
La arremetida del grupo de manifestantes no es bien vista, de ninguna manera, por las organizaciones internacionales. El alcalde de Colchane, Javier García, asegura que ilegalmente entran a la ciudad chilena entre 150 y 200 migrantes por día, la mayoría de venezolanos. Él teme que los próximos meses, cuando mejore el clima, el número suba a 2000 personas.
Ropa, juguetes, pañales y colchones. Los asistentes a la marcha “antiinmigrantes” también amedrentaron a varias personas que se refugiaron en una casa de cambio. Otra parte de quienes manifestaban se opusieron al episodio, según el portal T13. “Habían niños, mascotas. No hubo caso” declaró a ese medio un transeúnte chileno que se opuso al acto de violencia.
Queman carpas y pertenencias de familias en campamento de migrantes en Iquique. Así comienza #T13Central
EN VIVO 📺 » https://t.co/tdFda9tz69 pic.twitter.com/tAsHUmt457
— T13 (@T13) September 26, 2021
Pedido de ayuda
Según la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile, entre enero y julio de este año se registraron 23673 denuncias por ingreso al país por pasos no habilitados, lo que supone un 40 % de todo 2020. El diario El Comercio reseñó que en los restaurantes del casco histórico de Iquique los meseros venezolanos y comensales chilenos veían desde lejos algo que calificaron como “triste”.
“Ni todos los venezolanos roban, ni todos los chilenos nos odian”, comentaron en una de las mesas. Los que habitaban en el campamento en la Plaza Brasil, desalojado el viernes, supuestamente están reubicándose con amigos, o están alojándose nuevamente en carpas en las playas de Iquique, otros están movilizándose a asentamientos en la comuna Alto Hospicio. Una de las migrantes que acampaba en la plaza, la venezolana María Teresa Martínez, pidió a las autoridades “habilitar un espacio durante un tiempo preciso para que podamos salir adelante”.
Hasta ahora no hay expectativas de mejora para la situación de estos migrantes venezolanos en Chile, que siguen buscando dónde dormir hasta poder continuar su camino. Mientras el régimen venezolano se mantenga en el poder, y con él la miseria que el socialismo ha propagada en la otrora nación más rica de Latinoamérica, esta situación va a continuar.
En paralelo, siguen las conversaciones en México, con la participación de la “oposición” venezolana. Los únicos resultados que ha arrojado el nuevo proceso de negociación solo benefician a la dictadura, que una vez más logra el reconocimiento de una falsa oposición que facilita la cohabitación a cambio de pequeñas parcelas de poder, mientras el sufrimiento de la población se sigue extendiendo.