La 76° Asamblea General de la ONU abrió sus puertas este martes en Nueva York para recibir a más de 100 mandatarios de todo el mundo. En su debut en este estrado, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, evitó ser directo con sus rivales geopolíticos con un discurso que mostró un giro hacia la diplomacia multipolar, propio de los líderes de izquierda. Todo esto en medio de la tensión con un aliado histórico como Francia que dejó pasar por debajo de la mesa.
No hubo mención directa a los países considerados como adversarios del modelo estadounidense. Biden se limitó a decir que no está buscando “una nueva Guerra Fría ni un mundo dividido en bloques rígidos”, pero no nombró a China, Rusia, ni Corea del Norte, que han sido señalados anteriormente por delitos de ciber espionaje o por la amenaza que representa para la humanidad sus peligrosos ensayos bélicos.
El presidente demócrata dijo querer evitar conflictos. Sin embargo, durante su discurso pacificador omitió temas como el acuerdo con Australia, que provocó recientemente un conflicto diplomático con Francia. El país europeo llamó a consultas a sus embajadores luego del polémico e incómodo episodio. Poco después de su discurso en la ONU, Biden se habría reunido en privado con el primer ministro australiano, Scott Morrison, según la agencia EFE.
Sus declaraciones están recibiendo duros cuestionamientos por no ser totalmente competentes con temas que una potencia como EE. UU. debe supervisar y solucionar. Para la exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, Biden “ignoró la realidad y la seriedad de las amenazas y enemigos de Estados Unidos”. La exdiplomática agregó a Fox News que bajo la presidencia del demócrata, “los aliados no confían en nosotros y nuestros enemigos se regocijan”.
Biden subraya la importancia de los aliados de EEUU. Y sobre China, el presidente estadounidense dice: “No estamos buscando, déjenme decirlo otra vez, no estamos buscando una nueva Guerra Fría o un mundo dividido en bloques rígidos” #UNGA pic.twitter.com/WlIpd6YJFa
— Dori Toribio (@DoriToribio) September 21, 2021
La crisis migratoria
La Casa Blanca fue sacudida por las imágenes de miles de migrantes cruzando desde México hacia Texas que dejaron al descubierto una crisis que se le ha salido de las manos a la dupla demócrata. Tanto Joe Biden como la vicepresidente Kamala Harris –encargada de manejar este asunto– hicieron silencio al principio para luego abordar el tema con declaraciones tímidas.
“Lo pondremos bajo control”, dijo Biden a la prensa al retirarse de la Asamblea de la ONU. No está claro a que se refirió. Si al volumen de migrantes o a las imágenes de agentes fronterizos a caballo que trataban de detener a quienes cruzaban. Funcionarios de la Patrulla Fronteriza explicaron que los látigos que aparecen en las fotos son usados para los caballos, pero desde Washington los están acusando de pegarles a los migrantes, la mayoría de ellos haitianos.
Según Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca, es “horrible” tal trato hacia los migrantes. Harris coincidió. Pero nadie, ni siquiera Biden, comentó cómo solucionar el desbordamiento de esta crisis en Texas. Por el contrario, el presidente informó al Congreso que elevará de 62500 a 125.000 la cantidad de refugiados para el año fiscal 2022.
Cuba y Venezuela
Hubo una mención superficial a Cuba y Venezuela, pero fue la única referencia a países de América Latina y el Caribe por parte de Joe Biden. Expertos han asegurado que estas naciones no son la prioridad del actual gobierno estadounidense. Y la Casa Blanca lo confirmó en enero, cuando aseguró que la atención iba a estar puesta en Rusia y China.
En este sentido, el demócrata prefirió habla de “la democracia” que aún se mantiene “viva” por activistas en esos países. “Está vivo en los activistas contra la corrupción, los defensores de derechos humanos, los periodistas, los manifestantes pacíficos en primera línea de esta lucha en Bielorrusia, Birmania, Siria, Cuba, Venezuela y en muchas otras partes”, fueron sus palabras. No ahondó en el tema. Como pudo haberlo hecho si mencionaba de las continuas violaciones a los derechos humanos, las torturas a presos políticos o las precarias condiciones de vida producto de la corrupción de estas dictaduras.
Otros temas internacionales
Opaco y sin ahondar en detalles. Así fue el discurso del presidente demócrata en la ONU. Lo mismo pasó cuando habló del conflicto entre israelíes y palestinos. Su posición distó mucho de aquella que EE. UU. demostró con Donald Trump, quien concretó pactos de paz de Baréin, Sudan, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos con Israel e impulsó la firma de acuerdos para frenar el desarrollo nuclear de Irán.
Biden afirmó que apoya a Israel, pero al mismo tiempo consideró que está “muy lejos” una solución. Cuando habló de Irán dijo estar comprometido con evitar que “obtenga armas nucleares”, pero a la vez defendió el regreso al pacto “si Irán hace lo mismo”.
Bajo esta línea, y al momento de mencionar la retirada de Afganistán, el mandatario afirmó que EE. UU. está abriendo una “nueva era de diplomacia” y que el mundo está en una “década decisiva” para el futuro del planeta. No obstante, persisten las dudas sobre su firmeza como presidente, ya que no fue capaz de mencionar directamente a los gobiernos que buscan consolidarse por encima de Estados Unidos como primera potencia mundial.