Si mencionamos alguna referencia de sistema capitalista exitoso en Occidente, esa es Estados Unidos. La mayoría de sus ciudadanos sabe que fortalece las libertades individuales e impulsa el desarrollo económico. Pero el país está pasando por cambios con la Administración Biden asomando algunas iniciativas que viran hacia el socialismo. No es un cambio oficial, ni tan notorio, pero está ocurriendo. Además, figuras como Nancy Pelosi, presidente de la Cámara de Representantes, ahora están optando por criticar un modelo que ha convertido a EEUU en potencia.
La congresista demócrata declaró recientemente que el capitalismo “no ha servido” a la economía estadounidense “tan bien como debería”. Según sus palabras, no buscan apartarse de ese sistema, pero sí propone “mejorarlo y asegurarnos de que nos sirva”. De acuerdo a una nota de Washington Post, la funcionaria elogió al “capitalismo de partes interesadas” que ha permitido que los salarios de los trabajadores, así como los de la gerencia, “aumentaran junto con la productividad”.
Posteriormente criticó el cambio económico que a su juicio se había producido en las últimas décadas para favorecer el “capitalismo de los accionistas”, que provoca “que los salarios de los empleados se estancaran”. Mencionó “la explotación de los trabajadores y la explotación del medio ambiente”. Con su análisis asoma la posibilidad de “mejorar” el capitalismo existente.
Una encuesta del año 2019 hecha por Pew Research Center registró la opinión de los estadounidenses respecto al capitalismo y el socialismo. El 55 % de los encuestados opinó tener una imagen negativa del socialismo. El 42 % defendió tener una imagen positiva. Pero resulta curioso que aquellos que ven el socialismo como algo “positivo”, también aseguren que “se basa en el capitalismo y lo mejora”. La última frase es clave, porque es una opinión similar a la que hoy esboza Pelosi.
¿Cuáles son las verdaderas intenciones de la líder de la Cámara baja? ¿Está apuntando al socialismo como sistema para EE. UU.? ¿O en efecto defiende el capitalismo, a pesar que en las filas del Partido Demócrata suenan voces de extrema izquierda como las de Alexandria Ocasio-Cortez?
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— Nancy Pelosi (@SpeakerPelosi) September 17, 2021
El norte del Partido Demócrata
De por sí varios acontecimientos e ideas emanadas desde el Congreso, como sumar jueces a la corte se convierten en los cuatro pasos para derrotar al capitalismo y hacer la transición al socialismo, el planteamiento surgió en mayo de este año de la mano del columnista de The Mercury, Bill Shea. Posteriormente, se sumó otra señal: el posible aumento de impuestos dirigido a empresas y personas de mayores ganancias. Es una propuesta demócrata para respaldar el millonario plan presupuestario de Joe Biden.
Pelosi figura en estas decisiones porque su gestión es fundamental para que estas propuestas lleguen al Senado. El Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes es la instancia encargada de elaborar el plan presupuestario, está presidida por Richard Neal, otro demócrata. Pero el viraje no ha sido sencillo ya que congresistas moderados se niegan a un plan de gastos tan elevado que asumirá licencias familiares pagadas con fondos federales, ampliar la educación pública y Medicare.
Si este plan es aprobado en la Cámara de Representantes —liderada por Pelosi— el siguiente paso es conseguir luz verde en el Senado. De recibirla, se dará marcha atrás a la reforma fiscal aplicada durante la presidencia de Donald Trump, con recortes impositivos a las corporaciones, medianas empresas e individuos para impulsar la economía. Este breve contexto da una idea del rumbo que pretende llevar el caucus, del que Pelosi forma parte.
La delgada línea entre Pelosi y AOC
De forma simple, el socialismo exige la propiedad y administración colectiva o gubernamental de los medios de producción y distribución de bienes. Cualquier excedente debe ir al pueblo y todas las personas deben ser “iguales” sin clases sociales de por medio. No existe la propiedad privada, ni la libertad del individuo. Expertos lo han llamado “utopía comunitaria” donde todos reciben una porción igual sin importar el esfuerzo.
En contraste está el capitalismo, promotor de la propiedad privada de los medios de producción. El mercado se convierte en el medio para la asignación de recursos y las clases se determinan según el poder económico. La defensa de los intereses es de carácter individual y no colectiva, como plantea el socialismo. En resumen, es un sistema que ofrece resultados tangibles, y no fracasos como históricamente ha demostrado su antítesis. “Ninguna sociedad puede ser feliz y próspera si la mayor parte de sus ciudadanos son pobres y miserables”, es una de las célebres frases de Adam Smith, fundador intelectual del capitalismo. Veamos la siguiente afirmación de un hombre de 53 años encuestado por Pew Research Center:
“Creo en las libertades individuales y en la elección. El socialismo mata los incentivos para que las personas innoven y asciendan en la escalera del éxito”.
Voces como las de Alexandria Ocasio-Cortez y su «escuadrón» se han enfocado en políticas de extrema izquierda. La agrupación izquierdista Socialistas Democráticos de América (DSA, en inglés) respaldó las candidaturas de Ocasio-Cortez y de Rashida Tlaib. También está Bernie Sanders, que aboga por el “socialismo democrático”. Son varios demócratas que van por un línea más radical y han llegado incluso a contradecir a Nancy Pelosi. Pero al ser del mismo partido, terminan coincidiendo en algunos puntos. Por ejemplo, el polémico aumento de impuestos que propone la Cámara de Representantes y que AOC se encargó de difundir en un hipócrita vestido con la frase «impuestos a los ricos». Por cierto, la entrada a la cena donde asistió cuesta unos 30000 dólares.
De modo que este “mejoramiento” del capitalismo que defiende Pelosi está rodeado de escepticismo porque son varias las intenciones socialistas que le anteceden. Por su parte, Biden ha negado ser simpatizante de este sistema. Pero tal como reza el dicho, “del dicho al hecho, hay un largo trecho”.