Era clara la necesidad que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tenía por sacar las tropas de Afganistán. Además de terminar una guerra de 20 años, existía la posibilidad de conmemorar el próximo 11 de septiembre con un mensaje de paz y victoria. Esas ansias, lo habrían llevado a presionar al expresidente afgano, Ashraf Ghani, para que cambiara su narrativa sobre la lucha contra los talibanes.
El mandatario demócrata mantuvo una llamada con su homólogo el pasado 23 de julio, días antes que los extremistas tomaran Kabul. Para ese momento, el movimiento ya se había apoderado de varias provincias. En concreto, los talibanes habían conquistado de más de la mitad del país. Pero esto parecía ser ignorado por Biden, que solicitó “proyectar una imagen diferente” respecto a la lucha contra el grupo. Estas fueron sus palabras, de acuerdo a la transcripción de la conversación difundida por Reuters:
«No es necesario que le diga que la percepción alrededor del mundo y en partes de Afganistán, creo, es que las cosas no van bien en términos de la lucha contra los talibanes. Y existe la necesidad, sea cierto o no, de proyectar una imagen diferente».
Fue una conversación de 14 minutos donde ambos intercambiaron puntos de vista. Pero este pedido en particular de Biden demuestra la conveniencia con la cual se habría guiado el mandatario en los últimos días. Según la agencia de noticias, Biden ofreció ayuda si Ghani podía proyectar públicamente que tenía un plan para controlar la situación en Afganistán.
Pero su par afgano hizo una advertencia en aquel entonces. Estaban frente a una “invasión a gran escala” de los talibanes, el apoyo logístico de Pakistán “y al menos 10-15000 terroristas internacionales”. “Su apoyo es muy importante para permitir movilizarnos realmente”. El demócrata también esbozó estas palabras:
“No soy un tipo militar, así que no te estoy diciendo cómo debería ser exactamente un plan. No solo obtendrás más ayuda, sino que obtendrás una percepción que va a cambiar”.
Son palabras reveladoras que demuestran la premura de Biden por salir de Afganistán a pesar de los argumentos de Ghani, sumado a los señalamientos de la poca planificación que hubo para ejecutar la evacuación. Para el momento de la llamada el país ya era víctima de la conquista talibán, pero el presidente estadounidense se enfocó en discutir sobre la narrativa en torno al tema. Esto le está mereciendo críticas y peticiones de juicio político por inducir a la mentira, una de estas exigencias vino de la exsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany.
IMPEACH HIM!
Joe Biden asked the President of Afghanistan to LIE!
In the transcript, Biden told Ghani to say that the fight against the Taliban was going well "whether it is true or not."
The Afghan President responded, "Mr. President, we are facing a full-scale invasion…"
— Kayleigh McEnany (@kayleighmcenany) September 1, 2021
Doble discurso
Biden elogió telefónicamente al ejército afgano, calificándolos como “los mejores” militares. “Tienes 300.000 fuerzas bien armadas contra 70-80000 y son claramente capaces de luchar bien”, dijo a su homólogo. Aseguró que mantendrían el apoyo. “Vamos a seguir luchando diplomática, política y económicamente para asegurarnos de que su gobierno no solo sobreviva, sino que se sostenga y crezca”.
Pero las cosas cambiaron cuando los talibanes conquistaron la capital de Afganistán. Ghani terminó subiendo a un avión ese mismo día para presuntamente refugiarse en Emiratos Árabes Unidos. Del otro lado del mundo, Biden responsabilizó al ejército de ese país por la avanzada del movimiento islámico. «Hablé con el presidente afgano de que cuando las tropas estadounidenses se fueran de su territorio, ellos tendrían que luchar su guerra, pero claramente no lo han hecho», declaró el mandatario en su primera rueda de prensa luego de la toma de Kabul.
Para el 9 de agosto, el portavoz del Pentágono, John Kirby, parecía haber apoyado ese cambio de discurso. “Estas son sus fuerzas militares, estas son sus capitales provinciales, su gente a la que defender”. Por lo tanto, es cuestión de contrastar los argumentos de la llamada, con aquellos mencionados luego de la invasión para ratificar que la evacuación de tropas estadounidenses no estuvo correctamente planificada. El error tuvo un alto costo: evacuaciones apresuradas de parte de EE. UU. así como de sus aliados, oleadas de afganos tratando de huir y cientos de muertos por el atentado de ISIS-K en el aeropuerto de Kabul.
Fueron unos 120.000 evacuados hasta el 31 de agosto, fecha final del operativo. Pero en el país quedaron alrededor de 200 ciudadanos estadounidenses y otros cientos más de nacionalidad afgana. No pudieron sacar a todos, lo reconoció el Comando Central de EE. UU.
Países aliados hacen control de daños
Expertos han sido críticos respecto la decisión de Biden de sobre la retirada de Afganistán. El presidente no fue capaz de poner límites a los talibanes y el precio lo pagaron decenas de militares y cientos de civiles. Con esta llamada, se esclarece un poco más el motivo que llevó a Afganistán al colapso: la posible omisión de la verdad.
Un informe de inteligencia de Estados Unidos del 11 de agosto, estimó que los talibanes iban a conquistar Kabul en 30 días. No obstante, les llevó menos de una semana. La fatídica inmediatez llevó a los países con presencia en Afganistán a adoptar medidas urgentes e ideas maneras de controlar a los talibanes, ya apoderados del gobierno.
Por ejemplo, recientemente la Unión Europea (UE) impuso condiciones para dialogar con el movimiento, como el respeto a los derechos humanos, evitar convertir al país en guarida de terroristas y tener presencia de la UE en Kabul para monitorear su cumplimiento, indicó EFE. Uno de los puntos que se abordarán será la evacuación de personas que quedaron allí. Por otra parte, once jefas de Estado y de Gobierno exigieron a los talibanes respetar las libertades de las mujeres afganas. Así como el acceso a la atención médica, la cultura o los cargos públicos.