Estados Unidos atacó con un dron a un miembro del Estado Islámico en represalia por la masacre cometida en el aeropuerto de Kabul, que ya suma 170 muertos. “Los primeros indicios son que matamos al objetivo. No sabemos de víctimas civiles”, aseguró el portavoz del Comando Central de EE. UU. (CENTCOM), el capitán Bill Urban.
Washington decidió ejecutar la operación antes de que se cometan otros atentados, ya que funcionarios de seguridad advirtieron que lo ocurrido este jueves sería “solo es el comienzo”. El ataque fue autorizado por el presidente Joe Biden un día después de que aceptara su responsabilidad por la crisis en Afganistán, originada por la invasión Talibán a raíz del retiro de tropas estadounidenses. Según el Comando Central, el ataque con drones se llevó a cabo en la provincia de Nangahar contra un miembro del Estado Islámico, indicó un reporte de Associated Press.
Por otro lado, han surgido resultados preliminares tras la evaluación del atentado en Kabul. Funcionarios estadounidenses creen que el chaleco suicida utilizado en el ataque llevaba alrededor de 25 libras de explosivos y estaba cargado de metralla. La agencia de noticias indicó que una bomba suicida generalmente lleva de cinco a diez libras de explosivos, dijo el funcionario, quien habló bajo condición de anonimato para discutir las evaluaciones preliminares del atentado. Esto explicaría la magnitud de la tragedia ocurrida en las últimas horas en la capital afgana.
Cuenta regresiva
Más allá del ataque al Estado Islámico, han surgido dudas por la verdadera capacidad de la Casa Blanca para poner frenos a los grupos terroristas que estarían tomando fuerza con la salida del ejército estadounidense. Sin importar quién haya ejecutado el ataque, especialista señalan que la verdadera lectura se centra en que estos grupos están recobrando su presencia en un país donde antes estaban controlados.
Estados Unidos ya no tendrá ojos en Afganistán porque todo su personal se irá el 31 de agosto. Mientras tanto, el país asiático se ha convertido en un campo de batalla con personas aún tratando de huir. Varios países han dado por terminados sus operativos de evacuación, pero dos congresistas que viajaron hasta Kabul aseguraron que EE. UU. no podrá evacuarlos a todos, ni siquiera extendiendo la fecha final hasta el 11 de septiembre.