Si hay alguien que está en el ojo del huracán en el ámbito internacional, ese es Joe Biden, presidente de Estados Unidos. En su primer pronunciamiento sobre Afganistán, el mandatario dijo estar “firme” en su decisión de sacar al ejército estadounidense de ese país. Días después Biden apareció nuevamente ante los medios, admitiendo que “no puede prometer” cuál será el resultado final de la operación de evacuación desde Kabul.
Biden dijo que “es una de las evacuaciones más grandes y difíciles de la historia”. Sus palabras resuenan en medios internacionales. Si bien puede ser una proeza sacar a miles de estadounidenses y ciudadanos afganos, muchos cuestionan la manera cómo lo está haciendo. No haber puesto límites a los talibanes antes de retirarse, ni haber sacado primero al personal civil, son errores que le están costando caro a su imagen.
Pero el mandatario mantiene su postura, o eso es lo que buscar mostrar ante el ojo público. “No había manera de terminar la guerra en Afganistán sin que sucediera algo de lo que se está viendo ahora”, dijo esta vez. La frase es similar a la que pronunció hace pocos días, cuando aseguró que «nunca hubo un buen momento para que las tropas salieran de Afganistán».
El costo geopolítico será alto. Por ejemplo, grupos como Al Qaeda han felicitado la victoria de los talibanes. El temor es que fortalezcan relaciones, sin contar las posibles plataformas de operaciones que puedan establecer países como Irán y China, interesados en hacerle frente a EE. UU.
Pero Joe Biden responsabilizó al ejército afgano de la conquista de los fundamentalistas. “No esperábamos la rendición total del ejército afgano, si hubieran peleado y mantenido Kabul la historia sería distinta. El consenso mayoritario era que las fuerzas afganas no iban a abandonar la lucha”. No dio detalles de este supuesto pacto o por qué no se respetó la línea de acción planteada en el Acuerdo de Doha forjado por la administración de Donald Trump.
#20Ago | "No se equivoquen, esta misión de evacuación es peligrosa. No puedo prometer cuál será el resultado final, pero como comandante en jefe puedo asegurarles que movilizaré todos los recursos necesarios", señaló Biden.
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— El Diario (@eldiario) August 20, 2021
Los talibanes siguen avanzando
Joe Biden aseveró que EE. UU. hará “todo lo posible” para evacuar de forma segura a aliados y socios afganos, al igual que a otros ciudadanos que estén en riesgo en Afganistán. Mientras tanto, la OTAN informó que mantendrá tropas en el aeropuerto de Kabul durante la evacuación. El organismo también suspendió su apoyo a las autoridades locales. Este consistía en fondos, presencia civil y entrenamiento fuera del país.
Así que por lo pronto el escenario es tenso. Los talibanes comienzan a imponer reglas en las calles, las mujeres están siendo obligadas a usar burkas y los negocios dedicados al público femenino cubrieron sus anuncios que mostraban rostros de mujeres. No solo tomaron terreno y la libertad de los ciudadanos, los extremistas también se apoderaron de armas, municiones, helicópteros y más que antes pertenecían a EE. UU.
El líder talibán Abdul Hamid Hamasi, quien había sido dado por muerto a comienzo de año por el gobierno del expresidente Ashraf Ghani, apareció en un video celebrando que se apoderaron de equipo bélico de un cuartel de la Fuerza Especial de Operaciones del ejército estadounidense.
Biden niega cuestionamientos de aliados
El mandatario aseguro que “no ha visto cuestionamiento alguno” de la credibilidad de su Gobierno por parte de los países aliados. “De hecho, exactamente lo contrario”, añadió. La frase, parcialmente errónea, obvia que las naciones que decidieron apoyar a EE. UU. están dudando de la decisión de recibir refugiados afganos por temas de seguridad y del compromiso al que podría faltar el Gobierno norteamericano.
Biden indicó que desde el 14 de agosto las operaciones de evacuación beneficiaron a 13000 personas. Pero un día antes, el balance fue de 7000 evacuados desde de la misma fecha, según el subdirector de Logística del Estado Mayor de EE. UU., el general Hank Taylor, y el portavoz del Departamento de Defensa, John Kirby.
Adicionalmente, organizaciones como Human Rights Watch (HRW) le están exigiendo llenar los vuelos militares de evacuación con el fin de sacar a los afganos más vulnerables del país, reseñó EFE. “Ningún vuelo desde Kabul debería tener asientos vacíos”, fueron las palabras de la directora de HRW en Washington, Sarah Holewinski.
La activista Shaharzad Akbar lamentó la cantidad de personas que aún están en los alrededores del aeropuerto esperando subirse a un avión. Ella fue más contundente con sus declaraciones: “Se han precipitado hacia el aeropuerto porque toda esta situación de la retirada se ha gestionado mal desde el principio”.