
Sacar a miles de afganos del país ahora en manos del régimen Talibán es solo el inicio de un largo camino para Estados Unidos. Luego del despegue de varios vuelos atiborrados ahora surge el reto de reubicar a las personas y resolver su situación de asilo. No será sencillo y EE. UU. está buscando países que los acepten. Colombia es uno de ellos. Washington y Bogotá están cerrando un acuerdo para albergar a unos 4000 ciudadanos afganos en el país sudamericano de manera temporal, mientras sus trámites están en proceso.
Miles de refugiados afganos también serán alojados en bases militares estadounidenses, según lo informó en días recientes el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Gary Reed, director del grupo de acción de crisis de Afganistán, señaló que “puede haber otros sitios identificados si se necesitan servicios. Se necesita capacidad adicional”.
Por lo tanto, se viene un nuevo escenario para la Casa Blanca, en el que deberá resolver el alojamiento de estos migrantes —forzados a irse por la invasión talibán— y que trabajaron para el Gobierno de EE. UU. Se desconoce el monto que esto costará al país, a pesar de que uno de los motivos del presidente Joe Biden para retirar las tropas de la manera en que lo hizo, fue el gasto millonario de la guerra.
El acuerdo con el gobierno colombiano contempla tres categorías: afganos titulares de visa de refugiado, personas elegibles para visa especial de inmigrante y aquellos que han sido nominados para ser elegibles por el gobierno de EE. UU., declararon dos funcionarios estadounidenses, según un reporte de The Wall Street Journal.
Aún con la ayuda que proporcionará Colombia, EE. UU. sigue buscando países de acogida. Acá aparece el nombre de Victoria Nuland, subsecretaria de asuntos políticos del Departamento de Estado, quien ha dirigido un equipo que se está poniendo en contacto con diplomáticos de distintas naciones. Supuestamente hay “generosas ofertas de apoyo de países de todo el mundo”. Albania es otro de ellos.
¿Está Colombia en capacidad de recibir más refugiados?
Es válido recordar que el año pasado Colombia continuaba siendo el receptor del mayor número de personas refugiadas y migrantes procedentes de Venezuela. De acuerdo con el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de 2021, el país acogía un estimado de 1,72 millones de venezolanos. Es decir, aproximadamente el 37 % de los 4,6 millones ubicados en toda la región.
Esto no queda allí. Adicional a esta población, el país recibe a retornados colombianas y binacionales (cerca de 845.000 en agosto de 2020), así como a personas venezolanas en tránsito y que cruzan la frontera en movimientos pendulares.
A esto se suma el desplazamiento interno de otras miles producto de la violencia causada por “disidencias” de las FARC y otros grupos guerrilleros. No es un dato menor. Las movilizaciones dentro del país aumentaron 256 % en el primer semestre de 2021 en comparación con el mismo periodo de 2020, Entre enero y junio, 44290 personas escaparon de sus territorios, informó la Defensoría del Pueblo.
Un reporte de finales de julio indicó que más de 4000 personas tuvieron que abandonar sus hogares en el noroeste de Colombia por amenazas de grupos armados que se disputan el control de narcocultivos, según las autoridades. Aún con este escenario, EE. UU. está negociando la llegada de los 4000 afganos al país.
El desespero de Estados Unidos
Las conversaciones eran secretas y estaban en curso previo a que el Talibán se hiciera con el poder en Kabul. Para el 12 de julio, el grupo extremista había tomado 103 de los 399 distritos afganos. Es decir, la Casa Blanca ya estaba al tanto de las consecuencias de una decisión operativa equivocada.
“Es profundamente preocupante que no exista un plan concreto para evacuar a los aliados que claramente están en peligro”, declaró un día después Krish O’Mara Vignarajah, presidente de la organización de reasentamiento del Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados a Reuters. La agencia de noticias resumió en una sola palabra la situación del Gobierno norteamericano respecto a los refugiados afganos: desesperada.
La falta de logística ha caracterizado este episodio impulsado por EE. UU., ya que si bien retirar las tropas era un objetivo trazado dos periodos presidenciales atrás, se ignoraron protocolos necesarios para evitar el acelerado avance de los talibanes y la crisis humanitaria generada. En eso coinciden analistas y hasta el expresidente Donald Trump, quien enumeró los pasos para una correcta evacuación. Además, los países tienen dudas sobre si aceptar o no el pedido de Washington a pesar de haber firmado una declaración conjunta para ayudar a los afganos. Un alto funcionario del Departamento de Estado declaró lo siguiente:
“Hay preocupaciones: ‘¿Quiénes son estas personas? ¿Cómo conocen a estas personas? ¿Pueden asegurar que obtendrán visas para los Estados Unidos? ¿Quién cuidará y alimentará a estas personas? ¿Qué sucederá si salen de la instalación en la que las tienes?”.
A la agenda de trabajo de Joe Biden se suma esta nueva responsabilidad sobre los refugiados afganos que deberá resolver a corto plazo. Los aviones siguen despegando de Kabul, y según el mandatario, aún hay entre 50000 y 65000 afganos y sus familias a los que Washington quiere sacar del país.