No valió la pseudo disculpa de Alberto Fernández por su reunión social en la quinta de Olivos mientras el resto del país estaba encerrado por la estricta cuarentena impuesta por la pandemia. Tampoco que culpara a su pareja, Fabiola Yáñez, por convocar a “un brindis, que no debió haberse hecho”. Más allá de la polémica, está la posibilidad de enfrentar un juicio político por “categórico mal desempeño” de la función pública.
Varios constitucionalistas coinciden en este escenario tras el escándalo por la foto que se filtró recientemente. Hubo ciudadanos que no pudieron despedir a sus familiares fallecidos debido a la cuarentena ordenada desde la Casa Rosada. Pero eso no importó para Fernández. Puertas adentro hacía lo que quería, sin reglas de distanciamiento social, barbijos u otras restricciones.
El mandatario no solo desacató una norma impuesta desde su gobierno, también violó la Constitución, según los expertos. “En este caso es la misma autoridad que emitió la orden la que desobedece y tiene una pena de 6 meses a dos años, es un delito excarcelable”, explicó el especialista en Derecho Constitucional, Felix Lonigro, a Clarín.
Hasta dos años de cárcel
Es válido revisar las reglas emitidas por Fernández el año pasado para dejar por sentado cómo él mismo las irrespetó. El decreto 576/2020 llamado “Aislamiento social, preventivo y obligatorio” estableció que ”cuando se constate la existencia de infracción al cumplimiento del “distanciamiento social, preventivo y obligatorio”, se procederá de inmediato a hacer cesar la conducta infractora y se dará actuación a la autoridad competente, en el marco de los artículos 205, 239 y concordantes del Código Penal.
¿Qué dicen ambos artículos? El 205 se refiere a “delitos contra la salud pública”. Señala que será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el sujeto que viole las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia.
El artículo 239 establece lo siguiente: “Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que resistiere o desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus funciones o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de una obligación legal”.
Desde la Fiscalía federal solicitaron a la Casa Militar de la Presidencia la lista de visitas que entraron y salieron el 14 de julio de 2020, de acuerdo con un reporte de Infobae.
Por su parte, el constitucionalista Daniel Sabsay no deja lugar a dudas de que “esto da inicio a un juicio político porque es un mal desempeño categórico que es la causante principal con la que se inicia un juicio político”.
Una imagen difícil de limpiar
Por si fuera poco, se aproximan las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) y lo que hizo Fernández se convirtió en un duro golpe para el kirchnerismo. Podría llegar al punto de “perforar la propia base” debido a que muchas personas vivieron situaciones complicadas por la cuarentena, como la pérdida de sus trabajos. “Y ver al presidente ignorando las propias normas puede ser duro”, razonó el consultor Sergio Berensztein.
Los ciudadanos argentinos están molestos y dolidos. Se acumularon las deudas, no pudieron sostener sus negocios y ahora se las tienen que arreglar para sobrevivir en un país con galopante inflación e impuestos irrisorios. Lo que demuestra esta foto es la desconexión que hay desde la Casa Rosada con la población, lo que amenaza con pasarle factura al oficialismo.
Pero además están los infectólogos que aconsejaron al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. La indignación prevalece entre ellos. A continuación, el testimonio del reconocido médico Pedro Cahn:
“Estuve varios meses sin ver a mis nietos y a mis hijos y todos hemos padecido. Han fallecido amigos míos y no he podido despedirlos. Está mal no cumplir el protocolo, sea quien sea”.
Resulta difícil que el presidente Alberto Fernández pueda limpiar su imagen. Porque no se trata solo de una foto, sino de la nefasta manera de gobernar al país.