Era previsible el aumento de migrantes irregulares en la frontera sur de Estados Unidos. Una y otra vez la administración demócrata fue advertida por derogar decretos que controlaban la entrada personas y garantizaba el funcionamiento del sistema de residencias y asilos. Sin embargo, desde la Casa Blanca optaron por ignorar estos argumentos. Como consecuencia, los cruces irregulares alcanzaron el pico más alto en 21 años, es decir, 212.672 personas al cierre de julio, de acuerdo con el balance de la Patrulla Fronteriza (CBP, en inglés).
Es un aumento desproporcionado si tomamos en cuenta que en enero de este año —cuando Joe Biden asumió el poder— el número fue de migrantes ilegales que cruzaron las frontera se ubicó en 78417. El mandatario atribuyó los primeros picos a un tema “estacional”. En marzo pasado dijo que “sucede todos los años”, desestimando cifras que alarmaban a la guardia fronteriza y congresistas republicanos.
Y así la curva se hizo cada vez más grande y tuvieron que reconocerlo. A finales de ese mes Biden optó por nombrar a la vicepresidente Kamala Harris como encargada de la crisis fronteriza. No obstante, no han habido avances medibles, más que un viaje de dos días a Guatemala y México, sumado a una visita a la frontera.
Que más de 200.000 migrantes hayan intentado cruzar la frontera estadounidense envía el mensaje de que las políticas de Biden y Harris no están siendo las mejores. Eso lo reconocen sus propios funcionarios. Por ejemplo, Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, negó ante el Congreso que existiera una “crisis migratoria”. Meses después reculó. Recientemente aseguró lo siguiente según un audio filtrado y obtenido por Fox News:
“Hace un par de días estuve en México, y dije mira, ya sabes, si, si nuestras fronteras son la primera línea de defensa, vamos a perder y esto es insostenible”.
Mayorkas reconoció durante una reunión privada que la actual situación fronteriza “no puede continuar”, por ende enfatizó la responsabilidad que deben asegurarse que “nunca vuelva a suceder”. Un funcionario presente en el encuentro fue claro: “Para aquellos de nosotros que hemos estado aquí el tiempo suficiente… no necesitamos reinventar la rueda”, supuestamente le dijo el agente a Mayorkas. “Hemos tenido esto antes. Sabemos exactamente cómo cerrarlo. Necesitamos ilegalizar la entrada ilegal”.
Kamala Harris ¿relegada de la crisis fronteriza?
También hubo un cambio de discurso desde la Casa Blanca. La dupla Biden-Harris abogaba por la entrada de migrantes por la frontera de Estados Unidos. Calificaban la deportación como algo “inhumano e inmoral”. Una retórica que cambió cuando comenzaron a gestionar el tema. «No vengan, no vengan», dijo Harris en rueda de prensa durante su estadía en Guatemala.
Todas las órdenes ejecutivas eliminadas y el mensaje que enviaron a migrantes ilegales decantaron en las cifras actuales. A esto se suma que la vicepresidente parece haber quedado relegada como figura principal de la crisis migratoria, así como del abordaje de “causas fundamentales” que llevan a las personas del Triángulo Norte a cruzar la frontera.
Lo sugiere un viaje realizado por una comitiva estadounidense a México. El grupo estaba integrado por Mayorkas; el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan; el enviado especial para el Departamento del Triángulo Norte, Ricardo Zuniga; entre otros. Kamala Harris solo llamó por teléfono un día antes al presidente mexicano Manuel López Obrador, según el reporte de Breitbart.
Pero no solo se trata de centroamericanos. Las imágenes de estos últimos ochos meses muestran inclusive a venezolanos cruzando en el sector de Río Grande, en Texas en busca de asilo. Este tipo de personas son calificadas como “extracontinentales” porque provienen de países no fronterizos con Estados Unidos. Entonces, no se trata de rechazar migrantes, sino de establecer políticas ordenadas sin dar rienda suelta a números que luego el aparato económico del Estado no puede asumir. El daño no solo va hacia el sistema de gobierno, también a sus ciudadanos y a quienes llegan, ya que las oportunidades de mejor calidad de vida podrían comenzar a mermar.
Biden debe rendir cuentas
El número de niños no acompañados también aumentó, pasó de 15234 en junio a 18962 en julio. De la misma forma, los adultos solteros tuvieron una leve disminución de 117.692 en junio a 110.443 en julio. La situación se ha visto agravada por el hecho de que no existen planes de vacunación contra el COVID-19 para las personas que llegan ilegalmente a EE.UU. o medidas que obliguen a tener la vacuna. Tal como están haciendo organismos estatales o empresas privadas con sus empleados de manera obligatoria.
Lo que podía pasar a raíz de la agenda migratoria de Biden quedó advertido por el expresidente Donald Trump durante varios actos públicos y en su visita a Texas. Para el republicano, el país cayó «enfermo en la frontera». Por su parte Chad Wolf, exsecretario interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), recordó que para Barack Obama 1000 detenciones al día significaba una crisis. Actualmente el país ha superado “siete veces” ese número. “Esta administración debe rendir cuentas por su fallida estrategia fronteriza”, aseveró.
Mientras tanto, el gobierno demócrata inició vuelos de regreso hacia el sur de México para deportar a parte de las personas que llegan a la frontera. Mayorkas aseguró que los viajes tienen como objetivo disuadir los intentos repetidos de los migrantes que son expulsados bajo restricciones relacionadas con la pandemia que les prohíben buscar asilo, replicó Associated Press. No obstante, la agencia de noticias resalta que las expulsiones relacionadas con la pandemia no tienen consecuencias legales, lo que fomenta la repetición de intentos.