La izquierda argentina no esconde la verdadera naturaleza de sus dirigentes o candidatos. Por el contrario, y tal como hacen muchos otros modelos de la izquierda de la región, se vanagloria de sus acciones marcadas muchas veces por la ilegalidad. Al final, lo que importa es la “lucha social”, según ellos.
En este orden de ideas está Sebastián Romero, militante de izquierda por el Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU), quien actualmente es precandidato a senador por la provincia de Santa Fe. Es mayormente conocido como el “gordo del mortero”. Recibió el apodo en 2017 cuando usó este tipo de arma contra efectivos policiales que controlaban a los manifestantes a las afueras del Congreso, mientras se discutía la reforma previsional.
Ahora se hace llamar “preso político” y se regocija en decir que es “el único” candidato “preso político que hay en Argentina”. Lo irónico es que quiera formar parte de una instancia tan determinante como el Congreso de la Nación, teniendo en cuenta su hoja de vida. Romero pasó dos años prófugo luego de ser imputado por resistencia a la autoridad, daño, lesiones, perturbación de la sesión del Congreso e intimidación pública.
En el Año 2017 Sebastian Romero "El gordo mortero" y grupos d izquierda tiraron 14 toneladas d piedras al congreso trataron d hacer un pseudogolpe al gobierno d Macri, estuvo 2 años profugo y hoy quiere llegar al congreso, pero como senador nacional por el frente de izquierda. ✌🏿 pic.twitter.com/P0qQZWQJQS
— ||oフィレンツェ 🇮🇱🇦🇷 (@XxX_ReActivada) August 11, 2021
El episodio en el Congreso
Hubo 88 policías heridos durante aquellas protestas ocurridas el 18 de diciembre de 2017. El total de lesionados fue de 162, mientras que se calcula en 52 el número de detenidos por lanzar toneladas de piedras, botellas y otros objetos contundentes.
Fue una batalla campal mientras se aprobaba la reforma para modificar el cálculo de jubilaciones, pensiones y Asignaciones Universales por Hijo (subsidio implementado durante el kirchnerismo). Paralelamente en las calles había caos, una apuesta habitual de los simpatizantes de izquierda.
Las cámaras de televisión del país mostraban imágenes que evidenciaban los ataques dirigidos a las fuerzas policiales y a los periodistas de medios opuestos al kirchnerismo. Dichas cámaras también captaron a “el gordo del mortero” por cometer un delito que pretende justificar desde su arresto domiciliario.
Hace un año declaró a Pagina 12 que el mortero “es de venta libre” y no de fabricación casera. “En las movilizaciones es muy común usar pirotecnia, yo me estaba defendiendo con un cohete de venta libre, la policía estaba armada con balas de goma, los gases lacrimógenos, las motos, los camiones hidrantes, la relación de fuerzas era muy diferente”.
Extraditado desde Uruguay
Había una recompensa de un millón de pesos ofrecida por el Ministerio de Seguridad de la Nación, liderado en ese momento por Patricia Bullrich. Pasaron dos años hasta que “el gordo del mortero” fue detenido en Uruguay, justo en la frontera con Brasil, para luego ser extraditado. La prisión domiciliaria fue otorgada por el juez Sebastián Casanello, luego de que la fiscal Alejandra Mangano diera lugar al pedido de la defensa.
Desde ese entonces, el PSTU lo hace ver como un mártir, al tiempo que esboza las razones para defender su precandidatura. Por si fuera poco, el grupo político suma la mención a Daniel Ruiz, candidato a senador nacional por Chubut. Él también fue partícipe de los enfrentamientos frente al Congreso y estuvo un año detenido.
Es el mismo libreto de siempre. Con ambas candidaturas buscan hacer propaganda a “un programa revolucionario, obrero y socialista” que también critica “el saqueo en manos del imperialismo a través de la mega minería y la explotación petrolera en manos de transnacionales”. Como suelen hacer este tipo de políticos, culpan a otros de los fracasos del gobierno izquierdista de turno.