Como una medida para proteger el habla y la escritura, las escuelas públicas de Francia deberán apegarse al uso lenguaje tradicional y desechar cualquier intento que busque implantar el lenguaje inclusivo.
Este tipo de habla y escritura ha buscado colarse en la sociedad los últimos años, sin una base genuina que la soporte por estar creada desde grupos activistas. Ha sido cuestionado desde Europa hasta Latinoamérica por las academias, bajo el argumento de que las lenguas no nacen por invento de alguien, sino por evolución espontánea a partir de lenguas previas.
El comunicado del presidente Emmanuel Macron y el ministro de Educación Jean-Michel Blanquer, explica que se trata de “un obstáculo para la lectura y la comprensión de la escritura”. Por eso fueron claros con la decisión: “En las escuelas no lo queremos”.
El doble perjuicio hacia los niños con discapacidad es otro punto tomado en cuenta por el gobierno francés, ya que perjudica el aprendizaje al tratar de enseñar dos estilos de un mismo idioma. “Contrariamente a lo que podría sugerir el adjetivo inclusivo, este lenguaje excluye a los chicos con discapacidades”, afirmó Blanquer.
Una “aberración” para la Academia
El debate en torno a la moda del lenguaje inclusivo ha sido tumultuoso y ha generado la respuesta de expertos. Para los hispanohablantes se traduce en el uso de las letras “e”, “x” o de símbolos como el arroba y el asterisco. En Francia se multiplican las letras “e” en la palabra elegida.
El país europeo ha sido especialmente crítico por el cariño que sus ciudadanos profesan a su idioma. “El amor a la lengua es algo muy francés, en cuanto se toca la lengua se levantan escudos por todos lados”, declaró Mathieu Avanzi, profesor de Lingüística en la Sorbona.
En pocas palabras, para la Academia Francesa de la Lengua se trata de una “aberración” sobre la que ya se había pronunciado en 2017.
“La multiplicación de marcas ortográficas y sintácticas que conduce a una lengua desunida, dispar en su expresión, creando una confusión que roza la ilegibilidad”.
Una tendencia transitoria
La Real Academia Española también ha fijado posición para el habla hispana, por eso le dedicó un informe exhaustivo analizando cada aspecto de esta tendencia que apunta a ser transitoria.
Pero esta institución no es la única. Al lenguaje español lo protegen 23 academias, juntas forman la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). Defienden que el masculino gramatical es de por sí inclusivo, al actuar como término no marcado, incluyendo a los dos géneros.
El estilo toma entonces el camino sociopolítico, mas no lingüístico, tal como lo señaló Alicia María Zorrilla, presidente de la Academia Argentina de Letras.
“No pueden reemplazarse las letras a y o, que diferencian el género, con la arroba, el asterisco, la e o la x porque se tiene la voluntad de hacerlo en contra del androcentrismo o de reflejar con ello una realidad sociopolítica. Esa sustitución es ajena a la Morfología del español e innecesaria”.
Otro expertos del idioma español dicen que el paso del tiempo determinará si en efecto el lenguaje inclusivo se queda o se desvanece. Todo dependerá si realmente tiene aceptación masiva y se vuelva espontáneo. El reto parece difícil de atravesar por la carencia de bases lingüísticas.
Por su parte, en Francia ya están poniendo límites claros desde sus escuelas. “Nuestra lengua es un precioso tesoro que tenemos la vocación de compartir con todos nuestros alumnos, en su belleza y fluidez, sin rencillas y sin instrumentalizaciones”, concluyó el comunicado del gobierno francés.